Gorilas en la niebla.

Cuando un gorila «espalda plateada» surge de entre la vegetación selvática emitiendo sonidos guturales, el mundo se detiene. Tener tan cerca a un macho alfa de gorila de montaña es algo que no se olvida jamás. El gran tamaño de su cabeza, la robustez de sus extremidades y su gran musculatura, se completan con una barriga enorme y un pelaje oscuro que brilla bajo la lluvia y se vuelve blanco en esa espalda descomunal.

Uganda, mucho más de lo esperado.

Uganda es pura africanidad con todo lo que ello implica: color, vida, caos, sonrisas, pobreza, belleza… y una Naturaleza omnipresente que te sorprende a cada paso. Tengo que reconocer que este viaje fotográfico ha superado todas mis expectativas. Un viaje en el que cada instante vivido era digno de ser fotografiado. La conocida como “Perla de África” ofrece tal variedad de escenarios y de momentos únicos que aquí las cámaras de fotos echan humo.

Los mercadillos de Navidad de Alsacia son algo especial.

No soy un apasionado de la Navidad. Pero desde que pasé una semana en Alsacia recorriendo sus mercados navideños, he empezado a cogerle el gusto. El ambiente, la iluminación y la decoración de ciudades como Estrasburgo o Colmar, o de pueblos como Riquewhir, les han valido premios y reconocimientos internacionales. Hay que reconocer que la Navidad en Alsacia tiene algo especial que atrae a miles y miles de visitantes cada año.

París, una de las ciudades más escénicas del mundo.

París ha sido fotografiada en todos sus centímetros cuadrados. No creo que quede rincón, callejuela, esquina, plaza, terraza o paseo que no se haya visto o publicado una y mil veces en todo tipo de formatos. Sí, aquí os voy a enseñar desde dónde fotografiar algunos de los lugares más conocidos. Pero también otros que os sorprenderán y que os darán juego para que podáis desarrollar vuestra creatividad.

Los tambores kalash, los dholaks, resuenan en el valle de Bumburet.

Los kalash hacen retumbar sus tambores anunciando el inicio del Chilam Joshi, el Festival de la Primavera. Las mujeres comienzan a bailar girando sobre sí mismas, o avanzando de lado unidas por las manos detrás de las cintura. Mientras, los punjabís, los pakistaníes del centro del país, las rodean mirándolas con avidez. En su mayoría son hombres jóvenes atraídos por estas mujeres de piel clara que bailan en público sin un velo que les tape el rostro. Algo totalmente prohibido en el mundo musulmán.

Los Kalash, uno de los pueblos más antiguos de Asia.

Guiados por el sonido incesante de los tambores los Kalash bailan y cantan sin cesar. Apenas quedan unos 3.000 integrantes de esta etnia que ha vivido aislada durante siglos en los remotos valles fronterizos del norte de Pakistán y Afganistán. Durante generaciones han preservado su idioma, cultura y religión. Pero la influencia del mundo moderno y los intentos de conversión religiosa al Islam, amenazan el presente y el futuro de los Kalash.

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