Bali y mis razones para no volver.

Como fotógrafo sé perfectamente que la realidad es manipulable. Y no hace falta ser un especialista en edición de imágenes. Es tan simple como cambiar el punto de vista para fotografiar una determinada realidad, obviando la que está al lado. Con las imágenes de Bali había cosas que me chirriaban desde hacía tiempo.

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Tantas imágenes maravillosas no se correspondían con los comentarios de muchos viajeros. Así que decidí ir a Bali para conocer de primera mano las maravillas que se muestran en Instagram, blogs de viajes y otras redes sociales. Desgraciadamente, Bali no resultó ser el paraíso idílico que se ve en las RRSS. Y tras más de 2 semanas en Bali decidí contar lo que al parecer no quieren que veas ni sepas.

Sin embargo no deberías seguir adelante sin haber leído mi artículo Bali: donde no es oro todo lo que reluce, ni lo que las RRSS cuentan, donde te enseño algunas de las muchas cosas buenas de esta isla indonesia, que las tiene y muchas.

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Bali está masificada

E increíblemente llena de gente. Esto fue lo primero que me llamó la atención y algo que terminó por convertirse en una pesadilla a lo largo de todo el viaje. A la alta densidad de población de una isla que no es muy grande, y que cuenta con casi 5 millones de habitantes, hay que sumar la presencia de decenas de miles de turistas extranjeros y nacionales. Viajé a Bali al final de la temporada de lluvias. Pero incluso en temporada baja, estaba increíblemente llena de turistas. Las aceras estaban abarrotadas, las estrechas carreteras abarrotadas. Hay coches, motos y gente por todas partes. Ir desde el aeropuerto a Ubud, a unos 40 km, me llevó casi 3 horas de atasco interminable.

Los templos están tan llenos que algunos parecen parques de atracciones, o centros comerciales. Es el caso del Pura Tanah Lot, un templo donde a su alrededor ha crecido una ciudad con centenares de tiendas. Muchos lugares de Bali han perdido su esencia al convertirse en un escenario de sesiones de fotos para instagramers. En lugar de paz y tranquilidad, hay colas de turistas dispuestos a esperar horas para conseguir la misma foto, repetida miles de veces, que vieron en Internet. Sin importarles el valor cultural, histórico o religioso del lugar en el que están.

Esto sucede, sobre todo, en algunos arrozales, cascadas y en templos como el de Lempuyang, donde dan números para hacer cola y tomar las fotos con esperas de más de 3 horas. La misma foto que se hacen miles de personas que al final es pura pose y superficialidad. Además de un engaño, porque con la foto, nunca te dicen lo que hay que hacer para conseguirla (ponen un espejo debajo de la cámara del móvil para conseguir el reflejo).

ubud-ricefieldsLos columpios se pagan y los vestidos vaporosos se alquilan. Bali se ha convertido en un negocio

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Es lo que pasa también con las cascadas. Visité sólo 3 para comprobar que se han convertido en un parque de atracciones para turistas. Además de tener que pagar entrada, se forman largas colas de gente para hacerse la mejor fotografía en plan cascada-photocall, mientras los demás esperan hasta horas para hacerse la misma fotografía repetida una y otra vez en las RRSS.

Y hablando de cascadas, después de haber estado recientemente en la isla de la Reunión, sinceramente creo que las de Bali están sobrevaloradas. Por eso, si buscas un lugar pintoresco, refrescante para relajarte, descansar y buscar la paz interior, vas a tener que perderte por el interior o en el norte de Bali para encontrarlo.

cascadas-baliEn la cascada de Kanto Lampo, como en otras de Bali, la gente espera casi una hora para posar en solitario

waterfall-baliEn otras, como la de Leke Leke, lo mejor es la caminata que se hace por la selva para llegar

El tráfico en Bali es un caos

Las estrechas carreteras y caminos de Bali están a rebosar de coches, furgonetas, camiones y ciclomotores, y los atascos de tráfico son el pan nuestro de cada día. Es realmente difícil moverse por la isla sin tardar una eternidad. No hay mucho que decir al respecto, aparte de que es absolutamente molesto. Ir de Ulluwatu al aeropuerto, unos 15 km, puede llevar más de una hora. Del aeropuerto a Ubud, unos 40 km., tardé 3 horas. Este es uno de los factores que hacen que moverse por Bali se convierta en un factor realmente estresante. Solo he visto un tráfico tan caótico en la India (Nueva Delhi o Jaipur son un infierno), o en Kampala, la capital de Uganda. Una auténtica locura.

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Es inevitable querer escapar a este caos alquilando una moto (un scooter). Con ella podrás perderte por los caminos del interior de la isla, ir a las playas o salir de noche sin tener que esperar un taxi (mejor usa Grab o GoJek) y acabar metido en un atasco. Y es que alquilar una moto es tan fácil y barato que se ha convertido en el principal medio de trasporte en cortas distancias. Siempre que tengas costumbre de manejar motos, y hayas contratado un buen seguro de viajes.

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En Bali los precios turísticos no son una ganga

Si la gente te ha dicho que Bali es un destino económico, probablemente fueron allí hace ya algunos años. Los precios en 2024 se han disparado para los turistas (y ya no te digo para los balineses) hasta el punto de que hay artículos que son más caros que en Europa. En los buenos restaurantes de zonas turísticas como Canggu, Ulluwatu o Ubud tendrás que pagar más de 10 euros por un plato de comida que no te llenará.

Si tienes suerte, podrás encontrar algunos warungs (restaurantes locales) con precios normales, pero se están volviendo cada vez más raros. También hay que decir que además del ultra conocido nasi-goreng en todas sus versiones, encontrarás restaurantes indonesios e internacionales con propuestas innovadoras. Si no, siempre puedes recurrir al otro gran plato típico de Bali: el cochinillo asado, llamado aquí baby guling.

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Es cierto que todavía puedes encontrar hoteles con una relación calidad-precio insuperables, pero hay que buscar mucho. Pero los precios de los apartamentos turísticos donde residen los nómadas digitales se ha disparado, así como las tiendas, restaurantes, clubs playeros y discotecas donde acuden extranjeros de todo el mundo.

Contratar un conductor para que te lleve a los lugares más remotos de la isla todavía sigue resultando asequible. Pero en los clubs de playas más conocidos exigen consumos mínimos que pueden partir de los 30 a euros para arriba. En El Kabron, uno de los clubs-lounge más conocidos de Ulluwatu, la entrada para 2 personas cuesta unos 90 euros. Una cena para 2 en un restaurante puede superar fácilmente los 40 euros. Eso sí, la cerveza sigue siendo barata.

Bali es ambientalmente insostenible

Desde las playas de Canggu y Kuta por donde se pasean influencers haciéndose selfies y turistas anglos buscando alcohol barato, pasando por las calles secundarias de pueblos y urbanizaciones, la abrumadora presencia del plástico resume a la perfección la realidad menos glamurosa de Bali. Tanta basura desparramada por todas partes es algo que llama inmediatamente la atención, además del tráfico demencial y el aire contaminado.

Es imposible no estar en Bali y obviar esta realidad mirando hacia otro lado, porque allí también habrá basura. Bali es un desastre ecológico y está empeorando día a día. Está claro que esta isla, como muchos otros lugares de países en desarrollo, tiene graves problemas medio ambientales. Hay muchas razones para esto, incluidos la escasa o nula inversión en infraestructuras. Donde sí se invierte es en seguir destruyendo la isla, como sucede en estos acantilados de Ulluwatu, para construir más y más hoteles y apartamentos.

Pero hay dos causas evitables que son muy claras: ciudadanos y turistas sin educación y turismo insostenible. La gente, tanto turistas como locales, tira su basura por todas partes. También tengo que decir que hay numerosas iniciativas privadas que proponen recoger basura para intentar aliviar algo el problema. Pero, desgraciadamente, nadie sabe qué hacer con la basura después, porque no hay donde reciclarla. En muchos lugares han decidido enterrarla o quemarla, incrementando así el problema.

basura-baliLa otra realidad de Bali: basura enterrada y animales abandonados

Por otra parte, la alta demanda turística ha provocado que una parte de los campos y arrozales se hayan convertido en solares edificables donde crecen como setas edificios de apartamentos y hoteles sin ningún tipo de orden urbanístico. Los balineses empiezan a ser conscientes de este problema, pero no saben cómo afrontarlo sin ayuda estatal. Como turistas podemos intentar ensuciar lo menos posible, o echar una mano a recoger basura puntualmente. Pero son medidas ínfimas ante la magnitud del problema. Porque cuando ves que hasta a los cocos (¡los cocos!) los envuelven en plástico, te das cuenta de que el problema es más grave todavía.

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Por otro lado, verás a los agricultores fumigando sus cultivos y rociando con pesticidas los campos de arroz. Campos ubicados junto a aldeas y lujosas “villas” de turistas y expatriados, sin nada que impida que el viento y el agua transporten los restos de pesticidas al aire que respiras.

Casi todos los lugares de Bali están contaminados. Algunos más que otros, pero sobre todo la parte sur de la isla, la más turística y densamente poblada. Debido a la casi nula gestión de residuos, abundan las ratas, así como los perros abandonados y gatos mal cuidados que parecen no pertenecer a nadie. Un auténtico peligro si te muerden, y ya no te digo si vas en moto y se cruzan por delante inesperadamente.

Sí, la basura es un grave problema, como lo es en la mayoría de los lugares de Asia (excepto en Singapur y Japón) Es cierto que se ven carteles y contenedores con mensajes sobre cómo hacer que Bali sea más limpio. Pero sin una inversión estatal y sin una adecuada concienciación de locales y turistas, es una medida que apenas tiene repercusión real.

El mar se ha convertido en un basurero

Si vienes buscando vacaciones de playa, hacer snorkel o submarinismo, te vas a llevar una decepción. Partiendo de la base de que muchas de las playas de Bali no son una maravilla, muchas se han convertido en un basurero donde desembocan ríos llenos de porquería y colectores de aguas fecales. Quizás este problema sea más intenso en época de lluvias, cuando la basura arrojada a canales y ríos por toda la isla termina en el mar. Lo más sorprendente es ver a montones de turistas tomando despreocupadamente cervezas y cócteles baratos en los beach clubs y bañándose al lado de colectores, malos olores y montañas de basura. Además de a surfer@s nadando entre plásticos ¡Toda una experiencia playera inolvidable!

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canggu-baliColector de aguas fecales que desagua directamente en una de las playas de Canggu, entre clubs playeros y surfers

Viendo todo esto comprendí porque hay tantas piscinas en Bali. Es el único lugar donde podrás bañarte en un agua relativamente limpia sin plásticos (y otras cosas) flotando a tu alrededor Sorprendentemente, las únicas personas que me encontré limpiando playas eran turistas. Mientras tanto, los lugareños seguían tirando por todas partes basura, botellas de plástico y envoltorios varios como si no hubiera un mañana. Al final, en vez de disfrutar de tus vacaciones, terminas recogiendo basura para evitar que se la comen los peces y las tortugas marinas. O los monos, que se lo llevan todo a la boca.

Bali Belly: si quieres perder peso, come en algún puesto callejero

Otro tema del que casi nadie habla, consecuencia directa de la falta de higiene. El llamado Bali Belly es el término popular que describe dolores de estómago, diarrea y náuseas durante una estancia en Bali. Casi todos los turistas experimentan este problema. Debido a la baja calidad de los alimentos, del agua y a los estándares de higiene, resulta habitual verse afectado por este problema. A veces los síntomas pueden durar semanas y, literalmente, arruinar tu viaje. Así que sólo queda tener mucho cuidado, comer mucha fruta, la comida bien cocinada, evitar ensaladas y alimentos crudos y beber mucha cerveza (a veces también agua embotellada). Y si tienes suerte, tal vez seas de los afortunados que se libran de sufrir este mal.

Para evitarlo, olvidaros de comer en los mercados callejeros. Sí, ya sé que son parte de la cultura del país, que ese cochinillo asado, el «baby guling» tiene muy buena pinta, y que el nasi goreng hecho por esa señora tan simpática también. Pero corréis el riesgo de pasar buena parte de vuestras vacaciones entre retortijones admirando la puerta del retrete. Con estándares de higiene tan pobres no es de extrañar la alta incidencia de este tipo de afecciones. A las malas condiciones de higiene, se le suma la gestión limitada de residuos y la abundancia de animales enfermos abandonados.

Evidentemente, bañarte en aguas fecales, caminar entre basura, acariciar animales enfermos y consumir pescado «fresco» o carne expuestos al sol en el mercado local en un país tropical, no va a contribuir a que te escapes del Bali Belly. Además, dado que muchas frutas, verduras y otros productos de alimentación se venden en puestos y tiendas al borde de las carreteras, imagina la porquería que pueden ir acumulando a lo largo del día.

Una escapada a las islas Gili

Viendo este desastre ecológico, decidí dar un salto hasta las islas Gili. Allí esperaba encontrar ese paraíso anunciado en las RRSS de islas tropicales, playas de arena blanca y aguas trasparentes. De nuevo las imágenes de las RRSS con playas prístinas, bellos atardeceres y tortugas marinas nadando entre corales influyeron en tomar esta decisión. Y sí, tras desembarcar en Gili Air me encontré una isla bordeada de playas con palmeras sin coches, donde todo el mundo iba a pie o en bici.

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¡Qué maravilla si no fuera porque esas playas están repletas de basura y plásticos! De lejos, y en las fotos publicadas en las RRSS, nunca se aprecia esta basura. Pero basta darse una vuelta por las playas, o meterse en el agua para verse rodeado de todo tipo de residuos, sobre todo plásticos. Y no sólo las playas. En un paseo por el interior de la isla podrás descubrir pozos donde los locales tiran la basura para enterrarla y hacerla “desaparecer”, además de desperdicios por todas partes.

tortuga-gili-menoVer tortugas de cerca, una experiencia maravillosa enturbiada por los plásticos que invaden el mar y las playas de estas islas

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Ir desde Bali hasta las islas Gili te llevará casi un día completo. Todas las agencias de turismo ofrecen el traslado desde tu hotel (desde diferentes puntos de Bali) a los 2 puertos de donde salen los barcos rápidos de diferentes compañías (el barco lento es desesperante) que llevan a las 3 islas Gili. Todo es bastante caótico, pero funciona. Además del precio por el viaje a las Gili, tendrás que pagar las tasas del puerto, tanto a la ida como a la vuelta. Puedes hacer este viaje de forma triangular combinando las Gili con Nusa Penida. En las Gili no te pierdas la excursión de snorkel por las 3 islas, ni sus maravillosos atardeceres.

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Bali, un cúmulo de sensaciones contrapuestas

Para resumir, si quieres pasar unas vacaciones sin sorpresas en Bali, prepárate para lo bueno, pero también para lo malo. La mayoría de los hoteles y complejos turísticos son muy bonitos, pero cuando sales a la calle y te encuentras con el Bali real, es posible que tengas un choque turístico-cultural. Y la verdad, si lo que quieres es quedarte todo el tiempo en un resort, no hace falta que recorras medio mundo para venir a Bali.

Al final Bali te deja un cúmulo de sensaciones contrapuestas. Porque sigue manteniendo parte de su encanto además de rincones y paisajes realmente bellos. Por no hablar de la amabilidad de los balineses. Evidentemente dos semanas no son suficientes para conocer lo mejor de Bali, pero este es el tiempo del que dispone mucha gente en sus vacaciones. Y no creo que les apetezca pasarlas entre atascos interminables, rodeados de turistas haciendo cola para hacerse una foto, ni esquivando basuras y plásticos cada vez que se metan en el mar.

La buena noticia es que el mundo es muy grande. Todavía quedan lugares maravillosos que no tienen los inconvenientes que la sobre-explotación turística ha traído a esta isla y a sus habitantes. Y es que la gallina de los huevos de oro, de tanto explotarla, acaba por reventar. Por eso es necesario cambiar ese modelo turístico que sigue destruyendo el entorno natural, alterando las costumbres locales y afectando gravemente a la gente de los lugares que visitamos.

La decisión de optar por un turismo más sostenible es tuya.

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