El volcán Arenal, un viaje entre lava, selva y aguas termales en Costa Rica

El volcán Arenal, paraíso natural… o parque temático.

Hablar del volcán Arenal y de la zona que lo rodea es hablar de selvas exuberantes y de un volcán casi perfectamente cónico vigilándolo todo. Además de la promesa de baños de aguas termales, avistamiento de animales salvajes y aventuras al aire libre. Lo curioso es que, una vez allí, la experiencia puede ser tan auténtica o tan artificial como te lo permita tu cuenta bancaria.

El Arenal no es solo un volcán. Es una región completa, un microcosmos de lo mejor que puede ofrecer Costa Rica. Y también un ejemplo de las contradicciones que afectan al sector turístico del país centroamericano centrado en el mercado de los USA. Esta es una zona donde la naturaleza sigue siendo abrumadoramente hermosa. Pero donde el modelo turístico ha crecido tan rápido y de forma tan desigual que hoy conviven pequeñas fincas familiares con resorts de lujo que parecen sacados de Las Vegas.

En muchos de estos grandes resorts se “encierra” a los turistas en un entorno idílico, se les lleva a todo tipo de actividades pagadas a precio de oro, y se les evita casi cualquier contacto con la realidad de Costa Rica y de sus habitantes, los ticos. Un negocio turístico financiado, gestionado y dirigido en más de un 90% por multinacionales extranjeras, sobre todo de los USA. Un negocio que mueve miles de millones de dólares y que apenas deja unas migajas de beneficio para el país y sus habitantes.

Al final, el modelo que se ha implantado es más parecido al de un parque temático que al de un destino vivo: turistas envueltos en confort sin contacto con la realidad del país, empleados locales haciendo que todo funcione y una cultura local cada vez menos visible.

Y ahora que ya sabes lo que nadie te quiere contar sobre el modelo turístico costaricense, vamos al grano.

El volcán Arenal, siempre omnipresente

La zona que rodea el volcán Arenal, el protagonista de todas las miradas, tiene mucho que ofrecer. Da igual por dónde te muevas: el volcán Arenal está siempre ahí, omnipresente. A veces completamente visible, recortado contra el cielo azul; otras casi oculto, cubierto por nubes que se aferran a su cima como si jugaran al escondite.

Durante años fue uno de los volcanes más activos del mundo con erupciones constantes hasta 2010. La promesa de ver esas erupciones en la lejanía en un entorno natural magnífico hizo explotar el turismo con epicentro en el pueblo de La Fortuna. La primera vez que visité la zona del Arenal, el volcán ya estaba cesando de emitir lava. Y aunque hoy está en una fase tranquila su presencia se siente imponente. Si te fijas bien todavía verás fumarolas saliendo de lo más alto del cráter.

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Por los senderos del Parque Nacional Volcán Arenal

Lo curioso es que al volcán no se puede subir ni recorrer libremente porque el Parque Nacional Volcán Arenal regula estrictamente el acceso. Es cierto que la protección ambiental es necesaria, pero también es verdad que el visitante tiene una experiencia bastante limitada del volcán en sí. Pagas la entrada al Parque Nacional, haces dos o tres senderos bien marcados y listo. Nada especialmente impresionante comparado con otros lugares volcánicos del mundo.

A pesar de estas limitaciones merece la pena, mucho, adentrarse por las rutas que trascurren por las laderas del volcán entre selvas y antiguas coladas de lava. Aquí podrás comprobar el poder regenerador de una naturaleza que todo lo cubre de verdes. Y con suerte, encontrar algo de fauna como monos, serpientes, coatíes y diferentes especies de aves.

No dudes en acercarte a los senderos del Sector Península que se encuentran lindando con el lago Arenal. Una zona del Parque Nacional que está separada unos pocos kilómetros de la zona del volcán, pero a la que se accede con la misma entrada.

Pero fuera del Parque es donde empieza la verdadera magia. Las vistas desde los alrededores de La Fortuna son de las que te hacen parar cada poco. Te aconsejo perderte por las carreteras y caminos de tierra que dan hacia el lago. Encontrarás muchos miradores en los que no tendrás que pagar nada por admirar unos paisajes realmente sublimes.

El Sendero Arenal 1968

Si el Parque Nacional se te ha quedado corto y te has quedado con ganas demás, puedes visitar el Sendero Arenal 1968. Esta es una reserva privada que se encuentra a una media hora de La Fortuna con senderos que atraviesan selvas y los antiguos campos de lava solidificada de las erupciones de 1968 y de 1992. Desde estos senderos tendrás unas estupendas panorámicas del Volcán Arenal y el Lago Arenal. Por unos 25 dólares podrás pasar 3-4 horas disfrutando de una Naturaleza en todo su esplendor.

¿Actividades gratuitas en torno al volcán Arenal? Sí, existen

Una cosa que pocas guías te cuentan es que no todo en Arenal cuesta dinero, aunque muchos negocios se empeñen en hacerte creer lo contrario. Todo el entorno alrededor del volcán está lleno de pequeños miradores naturales al borde de la carretera que son gratuitos. Verás que muchos ticos montan sus pequeños tenderetes con unas sillas o una pequeña mesa plegable para disfrutar el atardecer mientras comen algo o toman unas cervezas con vistas al volcán.

Uno de los grandes placeres de la zona es simplemente caminar sin prisas por caminos rurales, senderos no oficiales, márgenes de ríos o zonas de bosque secundario. No tienen puentes colgantes ni pasarelas de madera, pero tienen algo mejor: no están llenos de turistas y mantienen su autenticidad. Costa Rica todavía permite algo que en otros países ya es impensable: sentir que la naturaleza no está completamente domesticada.

Eso sí, conviene aclarar que muchos de esos espacios “libres” existen porque pertenecen a pequeños propietarios locales que los mantienen así. Cuando visites La Fortuna pregunta a la gente del pueblo dónde puedes encontrar estos lugares porque no son fáciles de encontrar. Ten en cuenta que los grandes proyectos turísticos suelen privatizar extensas áreas dónde es imposible entrar sin pasar por caja.

El área alrededor del Arenal es una explosión de vida. Selva húmeda, bosque tropical, ríos de agua limpia, cataratas escondidas y una biodiversidad que quizás no veas, pero que está ahí. Porque la capacidad de mimetizarse con el entorno de muchas especies es realmente asombrosa. Si miras con los ojos bien abiertos comprobarás que no hace falta pagar un tour de 80 dólares para ver animales. Animales que, por cierto, no deberían vivir encerrados en un zoo por mucho que te lo vendan como una “natural reserve”.

Muchas veces los mejores encuentros ocurren cuando no los buscas. Un perezoso que descansa en alguna rama, una familia de coatíes merodeando cerca del río, tucanes sobrevolando el lago al amanecer, ranas diminutas escondidas en el follaje o familias de monos saltando entre las ramas de los árboles. Y sí, también hay serpientes venenosas. Por eso no debes apoyarte en los troncos de los árboles ni adentrarte en la espesura de la selva sin tomar precauciones (botas, pantalones largos, etc.)

Cómo dejarse una fortuna en La Fortuna

Sería injusto decir que las actividades organizadas no valen la pena. El problema no es la actividad en sí, sino el precio exagerado que hay que pagar y quién se queda con el beneficio. Porque todo hay que decirlo… Costa Rica es un país caro para el turista. Y La Fortuna, epicentro de todas las actividades imaginables en el entorno del volcán Arenal, todavía más.

Esta es una opinión generalizada que se ha ido implantando en los últimos años en el subconsciente de muchos posibles visitantes que buscan destinos alternativos más económicos. Una tendencia que ha llevado a una caída de casi el 8% de la inversión extranjera en turismo en el año 2025 ante unas perspectivas negativas de negocio.

Entre toda la oferta de “natural parks”, “adventure parks”, «tropical forest activites” y demás (todo escrito en inglés), puedes volverte loco buscando actividades por libre. Acabarás preguntándote como hacer una simple caminata por la selva o darte un baño en un río de aguas termales sin acabar pagando una fortuna.

Las aguas termales del volcán Arenal

Porque las aguas termales son uno de los grandes atractivos de la zona. Hay complejos impresionantes, con piscinas naturales a diferentes temperaturas, jardines espectaculares y servicios de primer nivel como las Termas de Tabacón (Tabacon Hot Springs). Pero con unos precios que rondan los 100 dólares por persona. Aun así, este complejo termal es tan alucinante que si tienes que darte un lujo, que sea en este. Aquí te lo cuento mejor: Las Termas de Tabacón, un paraíso terrenal en Costa Rica

Lo que no siempre se dice es que hay baños termales más económicos que rondan los 10-20 dólares por persona. Es cierto que no son tan bonitos, lujosos ni tienen jardines exuberantes ni instalaciones de lujo. Por ejemplo, en las Termalitas del Arenal comprobarás que no hace falta arruinarse para disfrutar de unas estupendas piscinas de agua termal.

También existen tramos naturales de aguas termales accesibles de forma gratuita. Son lugares frecuentados por familias locales en los que “sólo” tendrás que pagar al “vigilante” de turno por aparcar el coche al lado de la carretera. Uno de los lugares más populares se encuentra a unos 300 m. de las Termas de Tabacón. Cuando veas los coches aparcados en los arcenes, pregunta a los vigilantes por dónde está el acceso al río. O sigue a la gente que va caminando junto a la carretera.

Puentes colgantes, tirolinas y tours de aventura

En general son todos buenos, seguros y están bien diseñados. El problema es que muchos compiten en una escalada absurda: más largo, más alto…y también más caro. Además, casi todos pertenecen a grandes empresas, casi todas extranjeras. Por ejemplo, los puentes colgantes del Mistico Park, te cobran 32 dólares por un paseo de un par de horas. ¿Merece la pena? Sí, si no vas a recorrer las pasarelas del bosque húmedo de Monteverde. De todas formas te aconsejo llegar hasta aquí para disfrutar de una de las mejores panorámicas del volcán Arenal desde su mirador. Y no tendrás que pagar nada.

Las actividades en tirolina (hay muchas a elegir cerca de La Fortuna), rondan los 80 dólares. Una actividad que no recomiendo, la observación de animales (anfibios, mariposas, perezosos…) en reservas privadas, rondan los 50 dólares. Y así suma y sigue. Te puedes dejar una auténtica fortuna en La Fortuna

Visitando la Catarata La Fortuna

Sí, vale, la Catarata La Fortuna es muy conocida, pero sigue siendo espectacular. Por eso es una de las actividades de pago que te aconsejo hacer. Prepara calzado cómodo, ropa para bañarte, una toalla, y adelante. Por 20 dólares tendrás cambiadores para ducharte y cambiarte. Además, disfrutarás de un entorno selvático privilegiado y de una cascada espectacular. Por cierto, también de una escalinata interminable (el regreso es duro).

No te podrás bañar en la laguna bajo la cascada (hay vigilantes), pero sí en la zona del río un poco más abajo. El agua fría despierta hasta al más dormido y refresca del calor tropical. Además, en pocos lugares podrás bañarte en un río rodeado de truchas salvajes que ni se inmutan por tu presencia.

El lago Arenal: el gran olvidado

Mientras el volcán se lleva toda la fama, el lago Arenal suele pasar a segundo plano, y es una pena. Es enorme, tranquilo y visualmente espectacular. Si viajas desde La Fortuna hasta Monteverde (o viceversa) recorrerás gran parte de este lago formado tras la construcción de una gran presa hidroeléctrica. Rodearlo en coche ya es una experiencia en sí misma: un montón de curvas, vistas del lago entre la vegetación, pueblos pequeños y una sensación constante de conocer una Costa Rica más real. Además, en el lago podrás bañarte o realizar actividades como kayak o windsurf. Sólo hay que preguntar dónde se puede parar porque no es nada evidente.

 

La Fortuna, epicentro del turismo en torno al volcán Arenal

La Fortuna no es un pueblo bonito, pero es el epicentro de la vida social, económica y turística en torno al volcán Arenal. Si lo tuyo no son los resorts a precio de oro, aquí encontrarás alojamientos locales más que dignos a buenos precios. La Fortuna también es el lugar perfecto para entablar largas y amenas conversaciones con los paisanos y así ponerte al día de las realidades del país. Aquí encontrarás una gran variedad de restaurantes (los restaurantes locales se conocen como “sodas”), tiendas, agencias de viajes y todo tipo de negocios turísticos relacionados con las actividades que puedes hacer en los alrededores.

La Fortuna ha crecido de forma desmesurada en los últimos años gracias a un turismo controlado por cadenas internacionales de hoteles, resorts, parques de aventura y complejos termales. La implantación de estos negocios ha atraído a mucha gente de otras regiones de Costa Rica que trabajan como empleados en estos lugares. Sus salarios que no siempre están acordes con lo caro que se ha vuelto vivir en la Fortuina. Porque la subida de precios no afecta solo a los turistas. Afecta, sobre todo, a quienes viven aquí.

El aumento del valor del suelo, de los alquileres y de los servicios ha expulsado a muchas familias hacia zonas menos turísticas. Según me contó la propietaria de un restaurante de comida local, abrir un pequeño negocio y mantenerlo se ha vuelto muy complicado. Los costes son altos y competir con las grandes empresas es casi imposible.

Durante años Costa Rica se posicionó como un destino “premium” de naturaleza, seguro, ecológico y estable. Pero hoy el alojamiento, la comida y las actividades han subido tanto que muchos viajeros están empezando a mirar hacia otros destinos: Guatemala, Nicaragua, Colombia, Perú o incluso países fuera de Centroamérica. El problema es que Costa Rica no solo está perdiendo un tipo de turista. También está perdiendo inversiones y la creación de proyectos locales.

Y ya que estás por aquí, acércate hasta Río Celeste

Este río, famoso por su asombroso color azul turquesa, te sorprenderá desde el momento en que pongas un pie en su sendero. Río Celeste se encuentra en el Parque Nacional Volcán Tenorio, en la provincia de Alajuela, al norte de Costa Rica. Si vienes desde La Fortuna o el Volcán Arenal, el viaje lleva una hora y media.

Consejo práctico: Compra la entrada al Parque Nacional Tenorio por anticipado en la web de la SINAC. La razón es que en la entrada a Río Celeste no venden entradas, y la señal wifi es penosa.

Una vez en el parque te adentrarás por un sendero bien señalizado rodeado de selva tropical. Y aunque en todas las guías te cuentan que la caminata es fácil, te aseguro que hay unas cuestas en las que vas a sudar la gota gorda. Pero verás que el esfuerzo merece la pena al llegar a la zona del río llamada Laguna Azul teñida de un curioso color celeste.

Un color que ha fascinado a todos los que lo visitan. Pero ¿de dónde viene ese color tan peculiar? La respuesta está en la mezcla de aguas sulfurosas del Volcán Tenorio (no te pierdas las zonas donde verás borbotear el agua). Cuando el agua caliente y ácida se encuentra con minerales como el carbonato de calcio, se produce una reacción química que hace que el río adquiera ese color tan característico. Este fenómeno natural es totalmente visible cuando llegas a la zona de los Teñideros donde se juntan los 2 ríos que conforman el río Celeste.

Si tienes más tiempo, el Parque Nacional Volcán Tenorio es un santuario de biodiversidad. La selva tropical que rodea el río Celeste es el hábitat de cientos de especies, algunas de las cuales solo pueden encontrarse en esta región como orquídeas, heliconias, bromelias, y helechos gigantes. Y entre la fauna hay que destacar la presencia del jaguar, el perezoso, tucanes, tortugas terrestres, pequeñas ranas y serpientes venenosas.

Antes de irte, no te olvides descender por la escalinata que lleva hasta la cascada de Río Celeste. Una caída de agua de 30 metros de altura que, con su color celeste, es uno de los espectáculos naturales más llamativos de Costa Rica. Una pena que el acceso a la base de la cascada esté cerrado, y en la escalinata se formen largas colas de gente más preocupada en tomarse un selfie que en disfrutar del espectáculo natural.

¿Sigue mereciendo la pena viajar al volcán Arenal, y a Costa Rica en general?

A pesar de todo, sí. La zona del Arenal sigue siendo un lugar extraordinario. Pero es un destino que exige una actitud distinta y planteamientos más abiertos. Menos consumo programado y más curiosidad. Menos paquetes cerrados y más conversación con la gente local. Menos Instagram y más tiempo. Además de incentivar al turismo de Hispanoamérica y Europa, y no sólo al de los Estados Unidos.

Desde mi punto de vista Costa Rica tiene una gran ventaja ya demostrada: su riqueza natural y biodiversidad puede coexistir con el turismo. Porque ya existen casos ejemplares de negocios hoteleros y de actividades que demuestran que el turismo puede equilibrar la economía, la conservación del medio ambiente y beneficiar a la población local.

Si te alojas en pequeños hoteles familiares, comes en restaurantes locales, buscas lugares que visitar por tu cuenta o con guías locales y miras los precios antes de pagar barbaridades, la experiencia puede cambiar radicalmente. No solo es más barata: es más real, auténtica y sostenible.

Definitivamente, la zona del volcán Arenal en Costa Rica es el destino que no puede faltar en un viaje a Costa Rica. Además de unos paisajes inolvidables que son como un imán para los ojos, lo que hace realmente único a Arenal es su biodiversidad. La verdad es que menos playa, la zona del volcán Arenal tiene casi de todo: naturaleza, aventura, aguas termales y una belleza que te animará a  quedarte por aquí unos cuantos días.

Para mí, uno de los lugares más interesantes, diversos y hermosos de Costa Rica.

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