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Oslo elegida European Green Capital del 2019.

En Oslo el futuro ya es presente. Porque en la capital noruega la sostenibilidad no es sólo una bonita palabra, sino un proyecto real y palpable. Os voy a mostrar un Oslo diferente. Una ciudad donde el entorno urbano se está adaptando a una nueva forma de ver el mundo y de vivirlo por sus habitantes que ya no tiene vuelta atrás.

Oslo ha sido nombrada European Green Capital 2019 por la Comisión Europea. Sí, porque en Oslo se están haciendo las cosas bien. La conjunción de la iniciativa pública y privada, una elevada conciencia medioambiental y un movimiento cultural con múltiples enfoques están convirtIendo a Oslo en un referente a seguir. Aquí el impulso a la movilidad urbana eléctrica, una arquitectura de vanguardia y la reutilización de espacios abandonados para nuevos usos se conjugan de una manera global. El objetivo está claro: tener cuanto antes una ciudad verde, ecológica, limpia y sostenible. Y se han puesto a trabajar muy en serio para conseguirlo.

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Vista del puerto de Oslo desde los jardines de Ekeberg con el nuevo desarrollo urbano de Sørenga en primer plano

En el año 2018 se pusieron en marcha una serie de propuestas destinadas a encaminar a Noruega hacia un futuro sostenible. Y Oslo se ha puesto a la vanguardia de esta iniciativa con una serie de propuestas que os iré detallando. Propuestas realistas, inteligentes y prácticas que no implican un coste económico excesivo para las administraciones o para el ciudadano.

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Tanto es así que ahora mismo en Oslo se está levantando una nueva ciudad. Es un cambio apasionante que ha empezado por tirar abajo casi todo el entramado industrial y portuario. Este ambicioso proyecto llamado «Oslo Fjord City» estará terminado en el 2030. Por lo pronto Oslo cuenta ya con un paseo portuario de 10 km. que une los diferentes puntos de la ciudad. El objetivo es convertir a Oslo en una capital abierta al mar y sostenible reduciendo al máximo la contaminación ambiental y el consumo de energía.

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Los cambios empiezan desde el mismo momento en que aterrizas

Sí, porque el aeropuerto Gardermoen de Oslo (OSL) se ha propuesto crear unas instalaciones innovadoras en materia aeroportuaria. El objetivo es crear un hub de trasportes para que el 40% de la población noruega esté a menos de dos horas en tren. Y que sólo dos horas de vuelo separen a Oslo de 300 millones de europeos.

Entre las iniciativas ya en marcha están la creación de una nueva ciudad entre el aeropuerto y la capital. En ella se creará un parque de negocios, además de un entorno urbano perfectamente comunicado, moderno, residencial y con una ambiciosa visión de expansión futura.

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Por supuesto llegar a Oslo desde el aeropuerto es muy fácil. Los taxis en Noruega son caros, por eso te recomiendo los autobuses que conectan con la ciudad. O mejor el tren por su facilidad de acceso, rapidez, número de frecuencias, y porque tiene parada en la Estación Central. Hay una línea privada y otra pública bastante más económica. Los billetes se pueden comprar en la planta baja (Llegadas) del aeropuerto antes de acceder a los andenes.

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El futuro de las ciudades sostenibles se está levantando en Oslo

Son muchas las zonas de Oslo que se encuentran en plena trasformación. Aunque la zona del puerto es la más llamativa, no puedo dejar de citar esos barrios casi abandonados a su suerte durante años que están viviendo un suave proceso de gentrificación. Una serie de cambios en los que las antiguas estructuras industriales levantadas a lo largo de los siglos XIX y XX se remodelan para dar paso a nuevos usos.

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La trasformación de Grünerløkka y Vulkan

Es el caso del barrio de Grünerløkka. Aquí se están renovando los viejos almacenes y fábricas de ladrillo para crear centros de ocio, zonas comerciales o espacios gastronómicos y residenciales. Es un cambio que está ayudando a la revitalización de todo el área del cercano río Akerselva. Es un proceso que, al mismo tiempo que recupera zonas verdes y paseos urbanos, crea un entramado que atrae a nuevos residentes concienciados con el medio ambiente.

Te aconsejo dar un buen paseo por las orillas del Akerselva. Un paseo que permite cruzar la ciudad llegando hasta el mismo puerto y que en otoño adquiere un ambiente idílico. Aquí descubrirás que la recuperación de espacios naturales muy contaminados es posible. Te sorprenderá saber que el Akerselva, ese río que corre entre las rocas cayendo en una sucesión de cascadas rodeado de hermosos bosques de ribera, era un río muerto hace 10 años. Sí, mirando a tu alrededor te costará creer que estás en el centro de una capital europea.

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Imprescindible darse un paseo por las orillas del río Akerselva

Al respeto por el medio ambiente se une la recuperación de un legado cultural e histórico de marcado carácter industrial que se ha sabido conservar y reutilizar. Donde antes había un silo, ahora hay apartamentos para estudiantes. Donde antes había una fábrica de velas para barcos y telares, ahora está la Academia Nacional de Artes de Oslo. Por eso tanto Grünerløkka como el vecino barrio de Vulkan son desde hace años los destinos de moda en Oslo.

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Un antiguo silo reconvertido en viviendas para estudiantes ¡Gran idea!

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THIS IS IT. Reconoceréis la Academia Nacional de Artes por este cartel en su tejado

Aquí abundan los bares, las terrazas junto al río y los restaurantes volcados en una gastronomía creativa. Es el caso de Mathallen (Vulkan 5), un espacio gastronómico con una variada oferta de productos noruegos y de comida internacional. Otro ejemplo de como una antigua fundición de metal de 1908 ha adquirido nuevas funciones manteniendo su estructura exterior de ladrillo. Además, pensando en verde, en Mathallen producen su propia miel. En uno de los tejados se han instalado unas colmenas diseñadas por el estudio Songhetta para que las abejas polinicen los huertos y parques cercanos. Porque la apicultura urbana también tiene gran pujanza en Oslo, al igual que los huertos urbanos.

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Si ascendéis por la calle Telthusbakken os veréis rodeados de casitas de madera de colores y huertos que crecen en la ladera que conduce hasta la iglesia más antigua de Oslo: la de Gamle Aker. En realidad es el edifico más antiguo de la ciudad ya que la iglesia fue levantada en el Siglo XII. Aquí hay que pellizcarse de nuevo para creer que estamos en una ciudad moderna. A la sucesión de huertos le sigue uno de los espacios verdes más cuidados de Oslo: el cementerio de Nuestro Salvador. Aquí, entre otras personalidades de la historia del país, están enterrados el pintor Edward Munch y Enrik Ibsen, el más famoso de los dramaturgos noruegos. Por cierto, Munch creció en el barrio de Grünerløkka y uno de sus cuadros más conocidos recrea el paisaje de la colina sobre la que se levanta la iglesia de Gamle Aker.

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Un paseo por las calles de Grünerløkka te hará descubrir panaderías ecológicas, pequeñas tiendas de ropa, locales con diseños interiores de vanguardia y galerías de arte y exposiciones que abren sus espacios a talentos consagrados y jóvenes creadores. Un ejemplo es el DOGA, el Centro Noruego de Diseño y Arquitectura (Hausmanns Gate 16) ubicado en una vieja central eléctrica del S.XIX con unos interiores de diseño nórdico.

Otra de las zonas más interesantes para comprobar cómo está cambiando esta zona de Oslo son las calles que rodean la Plaza Olaf Ryes. El paso del tiempo no ha alterado el ambiente de sus edificios antiguos ya que la mayoría se han rehabilitado. Aún así las calles son una sucesión de restaurantes, librerías y bares, cada uno con un diseño especial muy alejado del ambiente de los locales globalizados. Y eso por no hablar de las terrazas donde sentarse a tomar una cerveza local envuelto en una manta si hace frío; o esas cafeterías como la de Tim Wendelboe en las que sólo se sirve café auténtico, bebida por la que los noruegos sienten auténtica devoción.

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Café, pero café del bueno (y sonrisas) en la cafetería Tim Wendelboe. Café importado directamente de los productores en Colombia y Kenia, sin intermediarios

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Ingens Gate: Street Art y espacios culturales

Los fines de semana el mercadillo de Birkelunden atrae a mucha gente. Aunque a mí me gusta más la zona de Ingens gate donde se encuentran espacios culturales, mercadillos, galerías de exposiciones y bares con terrazas como el Bla donde puedes escuchar buena música y que abren hasta tarde. Esto en Oslo quiere decir hasta las 3 de la madrugada. Por aquí tampoco puedes perderte algunas de las mejores muestras de Street Art de la capital noruega.

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Un hotel ecológico

Justo al lado del Mathallen se encuentra el hotel Skandik Vulkan. Un hotel en el que la cadena Skandik puso la sostenibilidad a prueba. El edificio se levantó en 2011 siguiendo criterios energéticos en los que se buscaba una dependencia mínima del exterior. Para generar parte de su energía eléctrica se instalaron paneles solares; también aislamientos en materiales naturales o reciclados; y se recurrió al agua termal con tomas de geotermia a 300 m. de profundidad para alimentar la calefacción y el agua caliente. Entre otras ventajas, no necesita aire acondicionado. Además en el Skandik Vulkan han instalado en el tejado colmenas para 400.000 abejas, para producir su propia miel. Nada más y nada menos que casi 300 Kg al año.

También han creado un proyecto llamado Too good to go para que todos los alimentos de uso diario que no se consuman se vendan en pequeños paquetes a estudiantes o gente con pocos recursos por un módico precio. Gracias a todo esto el Skandik Vulkan obtuvo en el año 2014 el reconocimiento al hotel más sostenible y ecológico de Noruega. Así nos lo cuenta Monica Egeberg, directora del hotel. Desde entonces la cadena Skandik sigue criterios de construcción sostenibles para sus nuevos hoteles. Sencillamente han comprobado que el ahorro económico que supone un edificio de estas características es muy significativo. Y todo ello sin que el cliente renuncie a ninguna comodidad. Ya sabéis que a los nórdicos les gustan los ambientes cálidos y acogedores, a la vez que muy prácticos.

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El apicultor urbano Alexander Du Rietz es el encargado de cuidar los panales de abejas del hotel Skandik Vulkan

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Pero los cambios en Oslo van más allá de la renovación de los antiguos barrios. En el siguiente artículo «En Oslo el futuro es eléctrico y sostenible. Porque sí se puede» os muestro el innovador proyecto urbanístico que está cambiando todo el frente marítimo de la ciudad. También os hablo de las iniciativas en e-mobility en las que Noruega es pionera. Además de la implementación de medidas para favorecer el trasporte eléctrico, el centro de Oslo se convertirá en peatonal y su acceso quedará reservado para bicicletas y vehículos eléctricos. En otro artículo os hablo del impulso a las diferentes iniciativas sociales y culturales como factores dinamizadores de la sociedad urbana. En suma se trata de un proyecto global pionero donde la sostenibilidad es el eje sobre el que se basan todas las iniciativas que convertirán a Oslo en una ciudad mucho más humana y habitable.

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 Este artículo y los próximos sobre la sostenibilidad en Oslo se realizan con el apoyo VisitOslo, VisitNorway y de Innovation Norway, organismo estatal que fomenta la innovación de las empresas noruegas y del turismo promoviendo el desarrollo de una economía sostenible.  .

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