Ahora sé qué quiere decir Urederra.
La senda que corre paralela al nacimiento del río Urederra ha sido todo un descubrimiento. En pocos lugares he visto un entorno natural tan hermoso. Las aguas celestes del río caen entre cascadas a través de un bosque de una belleza inusual. Las rocas cubiertas de musgos, los árboles centenarios y un escenario natural muy bien conservado complementan este recorrido por uno de los entornos más atractivos de Navarra.
Urederra significa “agua hermosa” en vasco. El nombre define perfectamente a este pequeño río que nace en un acuífero de las sierras del Reserva Natural de Urbasa-Andía. Las rocas calizas de la zona hacen que durante los primeros kilómetros de su nacimiento el Urederra trascurra límpido y trasparente. Su color azul celeste contrasta con el follaje de una vegetación que en otoño se viste de verdes, amarillos y ocres. El contraste de colores hace que esta época, junto a la primavera, sea la mejor época para visitar el nacimiento del Urederra.
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El entorno de la Reserva Natural de Urbasa-Andía
La Reserva Natural de Urbasa-Andía se encuentra muy cerca del País Vasco y es una maravilla paisajística. Los pequeños pueblos de casas de piedra se levantan en las laderas bajas de los montes de la Sierra de Lokiz dominando el valle de Amescoa. Aquí todavía se conserva la esencia de la vida rural. Las zonas de cultivo se alternan con los verdes prados en los que pastan las ovejas de las raza latxa y carranzana. A partir de su leche se elabora el queso de Idiazábal. Aquí tengo que recomendaros la Quesería Remiro en el pueblo de Eulate. La cantidad de premios que ha obtenido con sus quesos avala la trayectoria de esta quesería familiar en la que se elabora un producto artesanal de primera desde hace generaciones.
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El comienzo de la ruta del Nacedero del Urederra
El río Urederra nace en el entorno kárstico de estas sierras, muy cerca del pueblo de Baquedano. Precisamente es aquí a donde tendréis que llegar para comenzar el recorrido de unos 5 km entre ida y vuelta. A la entrada de Baquedano encontraréis un área de estacionamiento para dejar el coche y un puesto de información donde validarán vuestra entrada. Ahí te darán una pegatina que has de llevar visible en caso de que te encuentres con un control de los guardas forestales.
Sí, porque lo primero que hay que saber es que para visitar el Nacedero del Urederra es necesario tener una entrada, que es gratuita. El acceso está limitado a 450 personas/día y os aconsejo reservar con suficiente antelación, sobre si vais en otoño. El estacionamiento es de pago y es de 4.5€ por vehículo.
Tras cruzar el pueblo a pie comienza una ruta forestal que se adentra en un encinar. Un poco más adelante encontrarás una cancela metálica y la bifurcación del camino. Encontrarás paneles informativos y las correspondientes indicaciones, así que todo es muy fácil. La ruta es circular, así que toma el de la izquierda para descender hacia las orillas del río. Cuando regreses lo harás por el camino de la derecha.
El camino, muy cómodo, trascurre entre bosques con vistas a las laderas de la Sierra de Lokiz. Es otoño y la paleta de colores verdes, amarillos y ocres lo inunda todo. Es imposible no detenerse a cada poco porque este paisaje es un auténtico regalo para la vista.
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Caminando entre una paleta de colores
Cuando me interno en el hayedo camino sobre un suelo alfombrado de hojas de color ocre. El paisaje del bosque es de una belleza casi mágica. La naturaleza despliega aquí todos sus encantos otoñales. Las rocas están revestidas de musgos verdes brillantes mientras las copas de los árboles muestran todas las tonalidades de amarillos y ocres. Y cuando por fin llego hasta las orillas del río se suma su tonalidad azul celeste. ¡Qué maravilla!
Las hayas centenarias, los robles, los olmos, los tejos y los arces acompañan el suave caer del agua en pozas de agua azul entre pequeñas cascadas blancas. Las hojas otoñales visten de ocres el celeste de los remansos de agua del río. Y contrastan con el blanco calizo que recubre las piedras y el fondo del río.
El camino trascurre paralelo al río entre miradores, árboles de porte magnífico y grandes rocas cubiertas de musgos, hiedras y líquenes. ¡Qué regalo para los sentidos! El suave arrullo del agua cristalina se complementa con el viento que mece los árboles haciendo caer una lluvia de hojas otoñales y el canto esporádico de los pájaros del bosque.
De vez en cuando los rayos de sol se filtran entre el follaje reavivando los colores del otoño en una escena digna del mejor pintor impresionista. Este lugar es un paraíso para cualquier fotógrafo.
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Las malas noticias: ya no se puede acceder al último tramo del Urederra
Pasa una horas, dos, y sigo disfrutando como nunca entre pasarelas y escalinatas de madera, pequeños miradores al río, pozas de agua celeste y pequeñas cascadas. No quiero que esto se acabe.
Pero desgraciadamente todo lo bueno se acaba. Y en este caso antes de llegar al propio nacimiento del Urederra. Recientemente el gobierno de Navarra ha decidido cerrar el acceso público a esta parte del río. Las frágiles condiciones medioambientales sumadas a lo escarpado de este último tramo, han llevado a su cierre. Una pena para los visitantes porque es aquí donde se encuentran las cascadas más altas y la zona mejor conservada del bosque de ribera. Y una suerte para este entorno natural que tenemos que cuidar entre todos.
Aún así me quedo con lo que he visto. Una auténtica joya natural de la que se puede disfrutar a lo largo de una mañana. A la hora de regresar se puede retomar el camino por el que hemos venido, o tomar el sendero que se interna en el bosque y que conduce hasta el punto inicial donde se bifurca la ruta. Este camino tiene una parte inicial en ascenso que nos va alejando de las orillas del Urederra. Visualmente no tiene nada que ver, pero ofrece otra perspectiva que también vale la pena disfrutar.
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El Balcón de Pilatos o de Ubaba. La guinda del pastel
A unos 11 km. de Baquedano se encuentra este mirador natural. No puedes dejar de venir hasta aquí para que tu visita al Nacedero del Urederra esté verdaderamente completa.
El Balcón de Pilatos está perfectamente indicado. Tras dejar el coche en el aparcamiento tendrás que caminar unos minutos para asomarte literalmente al valle por donde trascurre encajonado el Urederra. En un día despejado podrás disfrutar de unas estupendas vistas del valle de Amescoa que hacia el sur alcanzan la cercana Estella.
A los lados quedan los farallones pétreos de la Sierra de Lokiz. Y a tus pies quedan los bosques que bordean el Urederra y el pueblo de Baquedano. Desde lo alto de este paredón de piedra caliza también podrás ver las evoluciones de los buitres, alimoches y otras aves rapaces. Es aquí, desde lo alto donde, se hace evidente la necesidad de respetar, cuidar y conservar este hábitat natural.
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Datos prácticos:
- El acceso al Nacedero del Urederra está limitado a 450 personas/día. Es obligatorio acceder con entrada que se puede obtener de manera gratuita desde esta web.
- En principio es preceptivo tener entrada reservada. Pero en días de poca afluencia y llegando pronto, hay posibilidades de que te dejen pasar sin la reserva previa. De todas formas no merece la pena arriesgarse porque cada día que pasa el acceso al Nacedero del Urederra está más y más controlado.
- Os aconsejo reservar con suficiente antelación, sobre si vais en otoño.
- El estacionamiento se encuentra a la entrada de Baquedano y es de pago. 4.5€ por vehículo.
- El camino es apto para todo tipo de edades y su máximo desnivel es de 200 metros.
- La mejor época para visitar el Nacedero del Urederra es el otoño por su fantástico colorido, y también la primavera ya avanzada. Porque en la época de deshielo el río lleva mucha agua y arrastra sedimentos que impiden disfrutar de su color celeste.
- En cualquiera de estas épocas te aconsejo llevar calzado de montaña. Podrás encontrar barro, charcos, raíces, escalones y piedras mojadas que demandan unas suelas con buen agarre. Tampoco te olvides de un chubasquero, porque aquí en el norte nunca se sabe.
- A lo largo de la ruta no hay baños, ni bares o kioscos. Tampoco encontrarás papeleras ni merenderos. Así que todo suministro lo has de traer contigo. Y al irte recuerda no dejar ningún rastro de tu paso.
- Los amantes de la fotografía no pueden olvidar un gran angular para captar la belleza de los paisajes. Y tampoco un trípode para hacer bracketing o tomar fotos de larga exposición con filtros de densidad neutra. Aparte de esto no hace falta nada especial ya que verás que los colores salen por sí mismos en las imágenes. Por eso si piensas que las imágenes que estás viendo aquí están retocadas con Photoshop, te equivocas.
- Después de este paseo que puede llevar entre 3-4 horas, te entrará un hambre voraz. Te aconsejo dos restaurantes cercanos para ir disfrutar de la gastronomía navarra. Casa Faustina está muy cerca, en el pueblo de Barindano. El otro es el Restaurante Alai Taberna ubicado en Eulate. En ambos casos cuentan con menús con varios platos a elegir a un precio cerrado donde no faltan las pochas, la trucha a la navarra, el gorrín asado, el solomillo de buey, las costillas de cordero…Y por supuesto los postres a base de leche de la zona. Si no reservas con antelación lo más seguro es que no encuentres mesa. Otra recomendación, en este caso de donde NO debes ir: el restaurante del Hostal Irigoyen en Zudaire. La atención al cliente, la escasez de sus platos para el precio que pagas, así como la “preparación” de algunos de sus platos dejan mucho que desear.
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Y para terminar
Esta zona de Navarra ofrece otros mucho alicientes para pasar unos días. La Reserva Natural de Urbasa-Andía ofrece numerosas rutas y caminos por lo que perderse en un entorno donde la Naturaleza es la protagonista. El del Hayedo Encantado de Urbasa es uno de los recorridos más recomendables.
Si quieres Historia y Arte, no tienes más que acercarte a la localidad de Estella-Lizarra. El Camino de Santiago atraviesa este pueblo a orillas del río Ega donde podrás encontrar monumentos como el Puente de la Cárcel, el Palacio de los Reyes de Navarra; o iglesias como la del Santo Sepulcro, la de San Miguel o la de San Pedro. No te olvides subirte al mirador a los pies del abandonado Convento de Santo Domingo. Al atardecer tendrás las mejores vistas de Estella.
Con todos estos argumentos no tienes excusa para no acercarte hasta Navarra. Aquí descubrirás que todavía hay lugares donde es inevitable sentir esa maravillosa sensación de sorpresa y descubrimiento.
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