Los combates de donga: violencia ritualizada en el valle del Omo.

Ser testigo de una pelea ritual con dongas es algo excepcional. Es imposible no sentir una avalancha de sensaciones encontradas entre la brutalidad y la estética del combate, frente al ceremonial de bailes y cánticos y ante la épica de la lucha hombre a hombre. La sangre de las heridas abiertas junto al sufrimiento silencioso y digno de los hombres derrotados contrasta con la alegría contenida de los victoriosos. Estas imágenes son el colofón a una ceremonia peligrosa y casi prohibida.

El «cattle camp», base de la cultura ganadera de los surma.

Todavía es de noche cuando el guía surma nos interna por los senderos invisibles de la selva. Las primeras luces del alba apenas consiguen dar vida un cielo grisáceo de tintes plomizos. Vamos en busca de uno de los “cattle camp”, un campamento de ganado de los surma o suri. Allí seremos testigos de algunas de sus costumbres más chocantes e insólitas a ojos de cualquier occidental.

En busca de los surma.

Los tres días en territorio surma fueron los más intensos de este viaje al valle del Omo. Fueron días en los que pasábamos de la armonía al conflicto en un instante. Siempre bajo la atenta mirada de una gente reacia a cualquier influencia externa. Los surma nos hicieron sentir que habíamos llegado a los confines de un territorio todavía salvaje. Un lugar donde ellos eran los amos y señores.

Los dassanech y sus difíciles circunstancias.

El sol calienta de forma implacable la llanura reseca en la que los dassanech han decidido levantar sus poblados. Todavía no son las 10 de la mañana y el calor crea reverberaciones sobre los matorrales. No hay ni árbol, ni una sombra bajo la que esconderse. ¿Por qué los dassanech han decidido instalarse en este entorno tan hostil?

Hacia territorio mursi.

Sabes que entras en territorio mursi cuando te encuentras con sus rebaños de vacas de característicos cuernos. Los mursi los van doblando hacia arriba hasta casi juntar sus puntas para evitar que los malos espíritus les hagan daño. Al menos eso dicen. Aquí el ganado es el símbolo de la riqueza y del estatus social de una familia.

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