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Eduardo Avaroa: ¡Bienvenidos a uno de los rincones más extremos del planeta!.

La Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa es un tesoro altiplánico ubicado al sur de Bolivia. ¿Buscas aventuras extremas en una naturaleza inhospita? Pues este es tu sitio. Te llevo a conocer un paisaje surrealista habitado por flamencos rosados, formaciones de roca esculpidas por el viento, volcanes y lagunas de colores imposibles. Todo un paraíso geológico y natural casi desconocido de Bolivia.

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La Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa (REA), ubicada en el departamento de Potosí, es una de las áreas protegidas más emblemáticas del país. Y uno de los últimos rincones verdaderamente salvajes del mundo, donde la naturaleza se manifiesta en su forma más pura. La reserva fue establecida en 1973 con el objetivo de conservar los ecosistemas altoandinos de Bolivia. Y, sin duda, es uno de los destinos más sorprendentes del continente sudamericano.

Recorrer los 7.000 kilómetros cuadrados de la reserva Eduardo Avaroa en un 4×4, con altitudes que varían entre los 4.000 y 5.400 m., es hacerlo por un mundo de contrastes donde los colores y los paisajes te dejan sin palabras. Y no sólo por su geografía salpicada de lugares que parecen sacados de otro planeta. También porque esta reserva alberga algunas de las especies más emblemáticas de la región andina. Con suerte, incluso se pueden encontrar algunas poblaciones de guanacos (casi inexistentes en Bolivia) como los de la imagen inferior.

Eduardo Avaroa: un viaje por el altiplano para acabar con arena hasta en los dientes

Para quienes buscan algo de aventura y maravillas naturales, este rincón de Bolivia es un destino imperdible. Desde el frío cortante de las noches andinas hasta los colores cambiantes de sus lagunas, esta reserva ofrece una experiencia inolvidable que te hará disfrutar y sufrir al mismo tiempo.

Porque ya te digo que este NO es un viaje cómodo. Cuando uno se embarca en un viaje en 4×4 por la Reserva Eduardo Avaroa, está firmando un contrato no escrito que dice: «Estoy dispuesto a desafiar a la naturaleza, a mi sistema pulmonar y a algunas leyes de la física». Y os aseguro que el altiplano cumple con su parte del trato.

Esta es una aventura para viajeros hechos a todo. A los que no les importa tragar polvo durante horas botando apretujado en un 4×4. Tampoco pasar frío en invierno con temperaturas nocturnas que llegan a los -30º C. Ni ducharse en agua fría (cuando la hay), dormir en habitaciones muy básicas, ni levantarse cada día a las 4 o 5 de la madrugada.

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Si os digo la verdad, no había oído hablar de esta reserva hasta que contraté el viaje de 4 días que me iba a llevar al Salar de Uyuni desde San Pedro de Atacama en Chile. Un viaje que atraviesa dicha reserva sí o sí ya que es el camino más corto para llegar a Uyuni. El día que salí de San Pedro de Atacama no sabía lo que me esperaba.

Para vuestra información, esta ruta también se puede hacer a la inversa, saliendo de Uyuni o de Tupiza en Bolivia. Y la puedes hacer de forma circular regresando a Uyuni, o llegando al paso fronterizo de Hito Cajón para proseguir el viaje por Chile. Como ya he dicho, yo salí de San Pedro de Atacama y en un viaje de 4 días recorrí la Reserva Eduardo Avaroa, visité el Salar de Uyuni, y regresé a San Pedro.

Tanto desde San Pedro como desde Uyuni, las agencias locales de turismo ofrecen este viaje en 4×4 con excursiones de 3 o 4 días con precios bastante asequibles. Yo pagué 240€ por el tour de 4 días/3 noches que incluía el viaje en 4×4 con guía-conductor, hoteles básicos, todas las comidas y la entrada en el Salar de Uyuni.

Y por supuesto, para viajes como este, te aconsejo llevar un Seguro de Viajes que incluya las coberturas más completas, incluyendo la de excursiones en alta montaña. Te ahorrarás preocupaciones y muchos problemas. Por eso te recomiendo HEYMONDO. Además, si lo contratas directamente desde aquí, tendrás un 5% de descuento.

Internet en Chile y Bolivia

Aunque en la Reserva Eduardo Avaroa no hay red de telefonía, puedes disfrutar de  conexión a Internet tanto en Chile como en Bolivia. Te recomiendo la e-Sim de HOLAFLY. La descargas en tu smartphone antes de viajar y la activas cuando llegues a tu destino. Además, tendrás un 5% descuento usando el código «VIAJESYFOTOGRAFIA«

Paisajes de otro planeta acompañados del mal de altura, tu nuevo amigo inseparable

El primer signo de que esto no es un simple paseo dominical es el 4×4 que te recoge en la frontera boliviana. No es un coche, es un tanque camuflado de Toyota Land Cruiser con un aspecto que te dice «ya sobreviví a más viajes de los que puedo contar«. El conductor y guía, un boliviano curtido por el sol y los gritos de turistas mal aclimatados, nos da la bienvenida con un gesto complaciente que está a medio camino entre una sonrisa y una advertencia de lo que se nos viene encima.

Te subes al 4×4, el motor ruge y, antes de preguntarte si el cinturón de seguridad es meramente decorativo, el conductor ya está pisando el acelerador. Los primeros minutos son un amable recordatorio de que las carreteras asfaltadas aquí no existen. Aunque si os digo la verdad, pegué más botes en el Valle del Omo en Etiopía (el famoso masaje africano), en las rutas salvajes del Himalaya pakistaní, o en los valles perdidos de Ladakh, en el norte de la India.

A medida que el 4×4 avanza entre el polvo, el paisaje se transforma en algo sacado de una pintura surrealista. Lagunas rojas, verdes, blancas… Miro mi altímetro y veo como la altitud sube, y sube, y sube. De los 4000 a los 5000 metros. Adentrarse en estos inmensos espacios del altiplano andino es una experiencia única.

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Nos encontramos en un lugar donde cualquier actividad exige un esfuerzo suplementario. Ese persistente dolor de cabeza y la sensación de que tu corazón está tratando de salirse del pecho es el famoso mal de altura, conocido localmente como «soroche». Y no, no se te va a pasar si bebes más agua. De hecho, terminarás resoplando cada vez que salgas del 4×4 para hacer alguna de tus fotos épicas.

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Acepta tu destino y mastica hoja de coca como un verdadero explorador andino. Aquí todos los conductores llevan su bolsa de hojas de coca. ¿Sabe a pasto mojado? Sí. Pero nada importa con tal de quitarte ese maldito dolor de cabeza.  Te confirmo que el mal de altura no es una broma, así que tómate unos días en Uyuni o en Atacama para aclimatarte.

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Eduardo Avaroa: el refugio de la fauna altiplánica

La Reserva Eduardo Avaroa es famosa por ser uno de los últimos refugios de varias especies de fauna andina que se han adaptado a vivir en condiciones extremas. Entre ellas se encuentran las vicuñas (parientes silvestres de las llamas), los flamencos andinos, el puma, la vizcacha, el zorro andino y el esquivo gato andino en peligro de extinción. Estos animales han desarrollado adaptaciones únicas para prosperar en este entorno, durísimo, donde las temperaturas pueden variar abruptamente entre el día y la noche. Un entorno árido, casi sin vegetación, donde los vientos suelen azotar las planicies de forma inmisericorde.

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Pero quizás los residentes más icónicos de la reserva sean los flamencos. Tres de las seis especies de flamencos del mundo pueden encontrarse aquí: el flamenco andino, el flamenco chileno y el flamenco de James que nidifican en lagunas como la Colorada y la Hedionda. Cada especie tiene unos colores distintivos de patas, picos y plumaje que permiten diferenciarlos.

Durante los meses de verano austral, millares de flamencos se congregan en las aguas salobres de estas lagunas altiplánicas, creando un espectáculo visual impresionante. Sus plumas rosadas contrastan con el azul profundo del cielo y los tonos del agua de las lagunas. Además de los flamencos, también se pueden ver otras aves como el cóndor.

Quiero mencionar aquí a los otros habitantes de la Reserva Eduardo Avaroa: a la gente de origen aymara que habita estas tierras y que reside en algunos pequeños asentamientos enclavados en este territorio inhóspito. Son sólo algunos centenares de personas que tradicionalmente han dependido de la ganadería de las llamas (animales totalmente domesticados a diferencia de las vicuñas). Actividad que complementan hoy con el cultivo de la quinoa y los ingresos derivados del turismo. Una vez que visitéis sus aldeas, vais a dar las gracias a todos los dioses por haber nacido donde lo habéis hecho.

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Lagunas de colores: los paisajes de otro mundo de la Reserva Eduaro Avaroa

Nada más pasar los controles fronterizos entre Chile y Bolivia, debéis comprar el boleto para atravesar la reserva E. Avaroa. Allí mismo os encontraréis con la imagen de los volcanes Juriques y Licancabur. A partir de aquí la ruta se adentra por paisaje áridos y desolados a 4000 m. de altitud donde por sorpresa aparecen, una tras otra, sus lagunas de colores.

Sin duda son uno de los principales atractivos de esta reserva. Como la Laguna Blanca conocida por su color blanco lechoso, causado por la alta concentración de minerales en sus aguas. El contraste entre sus aguas pálidas y el cielo despejado del altiplano es un espectáculo en sí mismo.

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Muy cerca se encuentra la Laguna Verde ubicada a los pies del majestuoso volcán Licancabur de 5916 m. de altura. Esta laguna sorprende con su fascinante color entre esmeralda y celeste, producto del alto contenido de minerales en sus aguas como el cobre y el arsénico. Colores que contrastan con los tonos ocres, amarillentos y rojizos de los volcanes circundantes. A partir de aquí es fácil encontrar pequeños grupos de vicuñas caminando por la superficie salina que rodea estas lagunas, o buscando algo que comer entre las piedras resecas del altiplano.

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Pero la más icónica de todas es la Laguna Colorada. Esta laguna se tiñe de un color ocre rojizo intenso gracias a la presencia de microorganismos y sedimentos ricos en minerales. Además, es uno de los lugares predilectos para el avistamiento de flamencos, que parecen flotar sobre la superficie. Aquí, en época de nidificación, se llegan a juntar miles de flamencos creando un espectáculo fascinante.

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Ya fuera del parque se encuentra la Laguna Vinto, con sus fuentes de agua cristalina y su paisaje de islotes cubiertos de hierba por donde campan felices las llamas y nadan los patos. Un lugar lleno de vida que contrasta con la aridez del altiplano. Todo un paraíso teniendo en cuenta los lugares por los que hemos pasado.

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Paisajes surrealistas y el spa natural más extremo del mundo

Durante este viaje verás paisajes alucinantes. Y no porque te pases el día masticando hojas de coca, tengas mal de altura o te falten horas de sueño. A primera vista puede parecer que no hay nada en toda esta desolación. Pero la sucesión de volcanes enmarcados en un cielo de intenso color azul, la sucesión de lagunas de colores, la presencia de flamencos y otros animales, se completa con fuentes de aguas termales y campos de formaciones rocosas erosionadas por el paso del tiempo.

Muchas de estas formaciones rocosas adquieren formas surrealistas que desafían la imaginación. Formaciones como las del inmenso campo de rocas de Italia Perdida, las del llamado Valle del Desierto de Dali (las que menos me llamaron la atención), o el Árbol de Piedra, una solitaria roca enclavada en medio del desierto de Siloli, que parece una escultura natural esculpida por el viento en una de las zonas más áridas del planeta.

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Otro lugar curioso ubicado a 5000 m. de altura es el Sol de Mañana, una zona geotérmica activa con fumarolas humeantes y pozas de lodo hirviendo que liberan vapores sulfurosos. El suelo burbujea, huele a huevo podrido y, si te acercas demasiado, es posible que regreses al 4×4 con tus cejas depiladas y una historia impresionante para contar a tus amigos.

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¿Y después de esto? Pues toca una parada en otra zona geotérmica: las Termas de Polques. Esta zona de aguas termales se encuentra a orillas de la Laguna Salada en el Salar de Chalviri. Aquí, parece que a los turistas les importa un carajo los casi 5000 m. de altura. Y tampoco la hipotermia mientras se desnudan a primera hora de la mañana a temperaturas bajo cero en medio de los Andes mientras el viento helado te atraviesa como un cuchillo. Al menos el paisaje es tan espectacular que es mejor ignorar lo que va a pasar al salir del agua calentita a entre 30 y 40ºC. Todo un desafío de supervivencia que me recordó a los baños en las aguas termales de Islandia en pleno invierno.

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Hay tours que ofrecen la opción de dormir aquí para disfrutar del atardecer o el amanecer mientras te relajas en las piscinas. Si no, no te preocupes. Todas las excursiones paran aquí durante un buen rato para que te des un baño, tras previo pago para que puedas usar los cambiadores y las duchas.

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Los desafíos que enfrenta la REA: la minería y el turismo masivo

Aunque la Reserva Eduardo Avaroa cuenta con un equipo de guardaparques que vigilan los accesos, hay cosas que no pueden controlar. Un ejemplo son las más de 60 concesiones mineras otorgadas por el estado boliviano para extraer plomo, zinc, plata, o azufre que está contaminando y alterando algunos ecosistemas de la reserva. Curiosamente, este es un tema del que casi nadie quiere hablar.

Afortunadamente el conductor que me acompañó durante estos días era una enciclopedia del saber local. Fue él quien me dio información realmente interesante acerca de cómo las multinacionales mineras, sobre todo de Canadá y de los USA, se han introducido en el país alimentando la corrupción de los sucesivos gobiernos bolivianos. Multinacionales que apenas aportan un 10% de lo extraído a las arcas estatales.

También la presencia de un número cada vez mayor de turistas, hasta 40.000 al año, es otro de los retos que afronta esta reserva, casi olvidada hasta hace bien poco. Esta afluencia masiva de gente en un entorno con unos equilibrios tan delicados ha generado una serie de impactos ecológicos negativos. Sobre todo, por el uso de vehículos todo terreno que corren como si les llevara el diablo fuera de las pistas marcadas, por la ausencia de infraestructuras hoteleras adecuadas y la falta de capacitación de algunos guías turísticos.

Son factores que están contribuyendo a la degradación de la reserva con un fuerte impacto en su fauna. Por eso no me extrañaría que, tarde o temprano, se limite el acceso a la reserva para garantizar su conservación a largo plazo. Habrá que ver si las diferentes administraciones, y sus intereses particulares (poderoso caballero es Don Dinero), son capaces de gestionar esta joya de la naturaleza que es uno de los destinos más sorprendentes de todos los que he visto en América del Sur.

El Salar de Uyuni: el gran final

Finalmente, tras horas de saltar en el 4×4 sobre caminos imposibles, llegas al Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo. Es un mar blanco interminable que refleja el cielo como un espejo cuando está mojado y te hace sentir como si estuvieras conduciendo sobre un fondo de pantalla de Windows. Aquí es donde los turistas se vuelven fotógrafos de efectos especiales instantáneos, usando miniaturas y perspectivas forzadas para crear ilusiones ópticas que van desde lo ingenioso hasta lo terriblemente cursi.

Pero todo esto te lo cuento en este artículo que le he dedicado explicando todo lo que tienes que saber para visitar el Salar de Uyuni: Aventura épica: el Salar de Uyuni desde San Pedro de Atacama en 4 días

Finalmente, cuando regresas al 4×4 con la cabeza explotando, las rodillas temblando, el pelo enredado y una fina capa de sal cubriendo todo lo que tienes, sabes que has sobrevivido al altiplano. Un viaje que te dejará recuerdos únicos, fotos épicas y, quizás, alguna desviación leve de la columna vertebral.

Porque sí, fue agotador, fue brutal…pero también fue inolvidable. Y eso, al final del día, es lo que hace que estos viajes valgan la pena.

📌 Algunas recomendaciones:

  • Documentación: Siempre lleva contigo tu carné de identidad y tu pasaporte.
  • Guías: Debido a la ausencia de carreteras o señalizaciones, para hacer este viaje es obligatoria la contratación de guías turísticos acreditados a través de alguna agencia.
  • Clima: A tener en cuenta las temperaturas, ya que pueden descender hasta -30°C en invierno.
  • Salud: Llevar ropa de abrigo, saco de dormir, protector solar, gafas de sol, gorra o sombrero y agua extra. Tampoco te olvides de tu bañador para bañarte en las termas.
  • Altitud: Para evitar el mal de altura, se recomienda masticar hoja de coca y moverse lentamente. Sinceramente, no me hicieron efecto. Lo mejor es pasar unos días en Uyuni o San Pedro de Atacama para aclimatarse.
  • Comunicaciones: No hay servicio de telefonía celular en la reserva. O sea, no vas a tener red, ni wifi para enviar tus maravillosos reels y fotos por Instagram.
  • Cambia algo de dinero en Chile antes de pasar a Bolivia porque la mayoría de los pagos se hacen en efectivo. Los baños públicos son tods de pago.
  • El 4×4: Tu equipaje va a ir en el techo, más cómodo que tú  ya que tendrás que compartir los asientos con otros 4 o 5 aventureros. Intenta por todos los medios no viajar en los asientos de atrás.

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