Ladakh, crisol de pueblos, culturas y religiones.

Ladakh es un crisol de gentes, lenguas, religiones y culturas que comparten un espacio geográfico de extrema dureza. Una amalgama de pueblos que viven juntos, pero no revueltos, con una diversidad humana todavía alejada de la uniformidad impuesta por la globalización. Si buscas autenticidad en tus viajes, desde luego en Ladakh la vas a encontrar.

ladakh-buddhist-monk

brokhpa-girl-portrait-ladakh

maria-khaltse-ladakh

old-buddhist-monk-ladakh

buddhist-monk-phuktar-ladakh

muslim-girl-portrait-ladakh

leh-ladakh

Como comenté en Ladakh, un viaje al Tibet  más auténtico en el norte de la India, su diversidad étnica es uno de los rasgos más característicos de esta tierra fronteriza. Una diversidad humana que puebla los distintos valles de esta gran meseta ubicada a más de 3000 m. en plena cordillera del Himalaya. por ello las diferentes características físicas, los semblantes, las vestimentas, e incluso el carácter de las gentes, nos permite saber exactamente en dónde estamos.

brokhpa-man-portrait-ladakh

La influencia tibetana en Ladakh siempre ha estado presente en su Historia. Tanto formando parte del reino del Tibet, como por su influencia a la hora de introducir el budismo. Y posteriormente en la constitución de los primeros reinados independientes en el S.IX. Ya en el Siglo XVI el rey Tashi Namgyal  consiguió unificar el reino y expandirlo hasta Nepal. Pero las posteriores invasiones islámicas desde Baltistán y las invasiones mongolas en el S. XVII redujeron a Ladakh a la condición de reino vasallo de los sikhs. Finalmente llegaron los ingleses que incorporaron Ladakh a Jammu y Cachemira. La independencia de la India y Pakistán en 1947 provocó varias guerras en las que Ladakh pasó alternativamente de manos pakistanís a manos indias.

La invasión china del Tibet en 1950 no hizo más que echar leña al fuego en esta región convulsa. Las sucesivas guerras con Pakistán y los enfrentamientos con China dividieron a muchas familias y rompieron los seculares lazos culturales y económicos con Asia Central de más de 1000 años de antigüedad. Durante décadas Ladakh permaneció cerrada al mundo exterior.

A día de hoy, la huida de los tibetanos hacia la India a través de Ladakh continúa. Es un un goteo constante de refugiados que, con el paso de los años, se van integrando (no sin dificultades) en la vida de esta región poblada por gentes de muy diferentes orígenes y creencias.

brokhpa-girl-portrait-ladakh-2

brokhpa-woman-portrait-ladakh

brokhpa-women-ladakh

brokhpa-man-portrait-ladakh-3

Ladakh y el valor etnográfico de sus de pueblos y culturas

Históricamente los valles de Ladakh han servido de vías de paso y comercio para distintos pueblos del Asia Central. Además de las tribus nómadas de origen tibetano, los ladakhies actuales provienen mayoritariamente de los dardos (pueblos arios) del Baltistán llegados a través de Gilgit. También de los mons provenientes del norte de la India que se establecieron en el valle de Zanskar; y de los mongoles llegados en el siglo X d.C. a través del Tíbet. Posteriormente la presencia de musulmanes en Cachemira terminaría por completar el mosaico de pueblos, tradiciones, lenguas y religiones que definen el carácter de esta región.

kamber-family-aryan-valley-ladakh

Esto explica por qué la gran mayoría de la población de Ladakh no es hindú. A pesar de que administrativamente hoy forma parte de la India. Y también la razón de que su población profese mayoritariamente el budismo tibetano. Aunque en las zonas fronterizas con Pakistán, como Kargil, la gente es mayoritariamente musulmana. Además, algunas etnias minoritarias como los brokhpa, mantienen todavía algunas costumbres y creencias animistas. El hecho de que esta diversidad humana, cultural y religiosa se haya mantenido casi sin mezclas hasta hoy es consecuencia de la particular orografía y aislamiento secular de la región.

Si crees que hay que ser un experto en budismo para viajar a Ladakh, te equivocas. Aquí te cuento mi experiencia Viajando a Ladakh sin tener ni idea del budismo tibetano

ladakh-buddhist-monk-7

brokhpa-old-man-portrait-ladakh

ladakh-buddhist-monk-6

Este aislamiento sólo desaparecía cuando se abrían los pasos a través de las montañas con el calor del verano. Durante siglos la región de Ladakh fue el paso natural para muchas de las rutas comerciales existentes entre el valle del Indo y el Asia Central a través del Tíbet. En el valle de Nubra todavía se puede ver a los camellos bactrianos marchando por grandes extensiones de dunas. Su presencia, convertida hoy en atracción turística (no caigas en la tentación de pagar por darte un pequeño paseo sobre ellos), es uno de los últimos recuerdos de las antiguas rutas comerciales que recorrían el Asia Central. La invasión china del Tíbet en 1950 cortó definitivamente estas rutas incidiendo en el aislamiento de esta región, ya de por sí de acceso y orografía muy complicada.

brokhpa-man-portrait-ladakh-4

Si viajas a Ladakh no te olvides tu seguro de viajes. Además de todas las coberturas posibles, necesitarás un seguro con cláusulas específicas ya que vas a viajar por encima de los 3000 m. de altura. Yo lo tengo muy claro, por eso siempre llevo mi seguro de HEYMONDO. Y si lo contratas desde aquí, obtendrás un 5% de descuento.

 

Ladakh, lo que queda del viejo Tíbet

Sobre las montañas y colinas las gompas, los antiguos monasterios budistas tibetanos, conforman un paisaje único y sorprendente. Aferrados a las laderas conforman un paisaje de paredes encaladas, estructuras de madera y tejados pintados de rojo. Durante mucho tiempo Ladakh fue reino independiente pero también formó parte del reino del Tíbet. Por eso su influjo cultural y religioso es más que evidente. Hoy día esa influencia continúa a través de las sucesivas oleadas de refugiados tibetanos que huyen de un Tíbet ya totalmente sometido por China.

ladakh-buddhist-boy

ladakh-buddhist-monk-5

lamayuru-ladakh

ladakh-buddhist-monk-4

Si viajar es una escuela de vida, hacerlo por Ladakh supone una inmersión en formas de vida y creencias ancestrales. Las que todavía perviven en el corazón de sus habitantes, en el interior de las viejas casas de piedra, o en los rincones secretos de los viejos monasterios tibetanos. Muchos de ellos con mil años de existencia. Por algo a Ladakh se le suele llamar como “la pequeña Tíbet”. Personalmente la definiría como la depositaria de lo más auténtico de la tradición budista tibetana, como lo que queda del antiguo Tíbet.

La cultura budista tibetana y su reguero de monasterios, imágenes de buda y chompas repartidos por casi todo Ladakh merecen un capítulo aparte. Su influencia es tan grande que sigue marcando el día a día de gran parte de los ladakhíes.

ladakh-buddhist-monks

ladakh-buddhist-monk-3

ladakh-buddhist-monk-2

También te puede interesar:

Ladakh, un viaje al Tibet más auténtico en el norte de la India

Viajando a Ladakh sin tener ni idea del budismo tibetano

Más destinos en la India

En este blog podrás encontrar publicidad de empresas y algunos links de afiliados ¿Qué significa esto? Si utilizas alguno de estos links para adquirir algún servicio (seguros, contratar actividades…). No te costará más caro e incluso obtendrás descuentos. Es una manera de ayudarme a seguir aportando información de viajes al blog ¡Muchas gracias!