Palacio de Potala en Lhasa

Tíbet y ese viaje soñado al «techo del mundo».

Tíbet es un destino único, diferente. Desde Lhasa y sus templos sagrados hasta el impresionante Everest Base Camp, aquí todavía se respira una profunda espiritualidad a pesar del estricto control de China. Porque el budismo tibetano no es solo una religión. Es una forma de sentir la vida, una cultura que impregna el paisaje, la arquitectura y el lenguaje de la gente.

Lhasa Palacio Potala

Lhasa y cómo es viajar hoy al Tíbet, paso a paso.

Lhasa, la “ciudad de los dioses”, no es un lugar cualquiera. Porque Lhasa es mucho más que un destino turístico: es un lugar donde historia, religión, cultura y política se entrelazan de forma inseparable. Visitar Lhasa hoy es acercarse a un mundo extraño y complejo para los occidentales, donde se mezclan la belleza y espiritualidad del antiguo Tíbet con la moderna uniformidad y los controles impuestos por China.

Ladakh, lo que queda del budismo del antiguo Tíbet..

El grave sonido de las trompetas tibetanas resuena por el valle a las 7 de la mañana. Es la hora a la que los monjes de la gompa budista aferrada a la ladera de la montaña inician sus rezos matinales. Estoy en un valle perdido de Ladakh, a más de 4500 m. de altura rodeado por las estribaciones del Himalaya.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies