Chinchero, más que un pueblo turístico del Valle Sagrado
Chinchero suele ser el último pueblo que se visita en las excursiones organizadas por el Valle Sagrado. Desde la carretera no parece gran cosa, pero tuve la suerte de visitarlo en época de fiestas y fue como viajar a otro planeta. En realidad Chinchero fue uno de los lugares que más me sorprendió de mi viaje por la que es una de las regiones más visitadas del Perú.
Aunque su visita está incluida en casi todas las excursiones organizadas que se hacen en el Valle Sagrado tras visitar Ollantaytambo, creo que Chinchero merece una visita aparte. Sobre todo si piensas venir en domingo que es cuando se celebra su mercado dominical, el más famoso del Valle. Porque aquí, aunque ya muy minoritariamente, se sigue comerciando a base del trueque de mercancías. Y si tienes la oportunidad de vivir sus fiestas de la Virgen de la Natividad a principios de septiembre, comprenderás que Chinchero es mucho más de lo que se ve a simple vista.
A Chinchero es muy fácil llegar en trasporte público desde la ciudad de Cuzco ya que hay unos 30 km. entre ambas poblaciones. Aunque los domingos de mercado tendrás que madrugar para conseguir sitio en las furgonetas que vienen hasta aquí. Chinchero es la población a mayor altura del Valle Sagrado, 3770 metros. Algo a tener en cuenta cuando te adentres en el pueblo y comiences a caminar por sus empinadas calles.
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- Una de las formas más habituales de visitar Chinchero es en una de las excursiones organizadas que recorren el Valle Sagrado. Estas excursiones permiten conocer en un día los principales puntos de interés de este valle. Y todas incluyen una visita a Ollantaytambo y sus ruinas arqueológicas.
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Recuperando tradiciones seculares
Lo mejor de Chinchero no se ve desde la carretera principal donde encontrarás numerosas cooperativas textiles. Lo interesante está en su interior donde desde hace años se han especializado en la recuperación de técnicas tradicionales. Muchas de ellas casi olvidadas como el teñido de las telas con el colorante natural de la chinchilla. Por eso aquí encontrarás algunas de las mejores artesanías textiles del Perú.
Una de sus precursoras es Nilda Callañaupa, una mujer indígena de Chinchero que junto a otras tejedoras de la localidad creó en 1996 el Centro de Textiles Tradicionales de Cusco. Una organización no lucrativa dedicada a la recuperación de las antiguas técnicas de elaboración textil en todos sus procesos. Desde el lavado de la lana y el hilado, hasta su tejido final. Una iniciativa que desde entonces atrae hasta Chinchero a numerosos turistas que buscan artesanías textiles de calidad, contribuyendo a la mejora de la economía local.
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En uno de los pueblos más antiguos del Perú
Chinchero es uno de los pueblos de Perú donde mejor se mantienen las antiguas tradiciones. Este pueblo está habitado desde hace al menos 2.000 años. A finales del S.XIV sus habitantes, los ayamarcas, ofrecieron una feroz resistencia a la invasión incaica. Pero tras su incorporación al imperio, el inca Túpac Yupanqui decidió establecer aquí una de sus residencias con vistas al Valle y a los picos cercanos del Salkantai (6271 m.) y del nevado Verónica (5682 m.)
Tras la entrada de los españoles en Cuzco, Manco Inca incendió Chinchero en 1536 para que no les sirviera de puesto avanzado. Aún así los españoles se establecieron en Chinchero y comenzaron la construcción de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat sobre los muros de un antiguo palacio inca. 250 años más tarde, cuando Túpac Amaru II inició su revuelta contra el gobierno español en 1781, el jefe o curaca de Chinchero, Mateo García Pumacahua lo combatío con su milicia indígena junto a los españoles. Su victoria sobre Túpac Amaru II se pintó en un mural que se puede ver en la iglesia de Chinchero. En una pintura ya difuminada por el paso del tiempo se ve cómo un puma, Mateo García, derrota a una serpiente que representa a Túpac Amaru.
Durante el periodo colonial se aprovecharon las construcciones incas para levantar las viviendas que vemos hoy. Suelen tener diseño rectangular y sus muros de piedra inca son perfectamente visibles. Las estrechas calles y escalinatas en ascenso conducen hacia la plaza donde se encuentra la iglesia. Este gran espacio es de uso público desde tiempos incaicos. Y está formado por dos niveles separados por un muro de piedra de unos 2 metros de alto con una serie de hornacinas rectangulares.
En la parte baja se encuentra la zona de ruinas incas que se puede visitar con el Boleto Turístico. Allí se encuentran los restos del palacio de Túpac Yupanqui además de una parte del camino inca que unía Chinchero con Urquillo. Aunque las huellas del pasado inca se encuentran en muchos otros lugares de Chinchero. Muchas en forma de símbolos y grabados de serpientes como los que hay en las piedras del basamento de la cruz levantada frente a la iglesia. Los incas creían que las serpientes, representadas con la forma del rayo, atraían la lluvia y por tanto la fecundidad de la tierra.
En la parte alta de la Plaza Principal los españoles levantaron una iglesia en el S.XVII. Su interior está decorado del suelo al techo con interesantes pinturas barrocas de la Escuela Cuzqueña, realizadas por Diego Quispe y Francisco Chihuantito. La iglesia es de una riqueza ornamental que alcanza su plenitud en el retablo mayor de estilo barroco y recubierto de pan de oro. Desgraciadamente está prohibido tomar fotos en su interior y las que os muestro aquí las puede hacer desde la entrada.
Una auténtica pena que no dejen fotografiar el interior de la iglesia. Esta imagen la tomé desde la puerta.
Aunque la iglesia se dedicó en sus inicios a la Virgen de Monserrat (aquí es blanca no como la Moreneta de Cataluña), hoy está dedicada a la Virgen de la Natividad. Y coincidiendo precisamente con su festividad el 7 de septiembre tuve ocasión de visitar Chinchero. Sólo puedo decir que fue toda una experiencia que recomiendo a cualquiera que viaje a Perú.
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Chinchero en fiestas
Este es un momento excepcional para visitar Chinchero. Tanto aquí como en las poblaciones cercanas se mantiene el uso de las vestimentas tradicionales, sobre todo por parte de las mujeres. Muchas usan de forma habitual sus polleras (faldas) de colores rojo, verde y negro, con chaleco y faja. También suelen llevar una especie de manta oscura con decoración de colores prendida a la altura del pecho llamada lliclla.
Pero lo que más llama la atención son sus monteras (sombreros) normalmente negros adornados con telas de colores. Y bajo esos sombreros sobresalen las largas trenzas que les caen por la espalda y que lucen casi todas las mujeres. En este vídeo lo veréis mucho mejor:
A los hombres resulta más difícil verlos con sus pantalones, sus ponchos de lana típicas y sus sandalias llamadas ojotas. Aunque muchos lucen habitualmente sus chullos, los típicos gorros de lana con orejeras. Los domingos de mercado es más fácil ver a la gente de Chinchero y sus alrededores vestidos de forma tradicional. Pero es durante las fiestas locales cuando todos sacan a relucir los trajes más coloridos que puedas imaginar.
El colorido, riqueza y simbología de las vestimentas que se pueden ver en las fiestas de Chinchero son algo único
Durante las fiestas de la Natividad la parte alta del pueblo se abarrota de gente proveniente de todas las poblaciones cercanas. Diferentes bandas de música amenizan la fiesta, mientras grupos de bailarines danzan vestidos con sus trajes más coloridos. En el centro de la Plaza grupos de familias y amigos comparten la comida, mientras las procesiones con santos y danzantes dan vueltas alrededor de la Plaza.
Todo es un frenesí de color, música, olores, bailes y risas en el que los hombres jóvenes aprovechan para sacar a bailar a las chicas solteras, casi todas adolescentes. Es precisamente en lugares como Chinchero y en ocasiones así donde se puede apreciar perfectamente la superposición de las costumbres cristianas con las tradiciones incas. La mezcla de lenguas, culturas y creencias que ha convertido al Perú en el país que es hoy.
A la puerta de la iglesia una pareja de adolescentes enamorados posa para un fotógrafo local
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La controversia sobre el nuevo aeropuerto de Chinchero
En Chinchero las tradiciones seculares se mantienen contra viento y marea. Y contra los designios del gobierno de Lima que quiere construir en el valle un nuevo aeropuerto internacional que permita desaturar el de Cuzco. Y que de paso atraiga más turistas al Valle Sagrado y a Machu Picchu. La instalación de un nuevo aeropuerto con unos 5 millones de pasajeros anuales pervertiría totalmente la vida de sus habitantes y alteraría sus formas tradicionales de vida.
Y yo me pregunto ¿todavía más turistas? Para los que llevéis tiempo sin visitar esta zona de Perú deciros que aquí todo está masificado: los trenes a Aguas Calientes, los hoteles en Cuzco, las excursiones…y no digamos ya las ruinas de Machu Picchu donde las visitas se hacen por turnos y con reserva anticipada de varios meses. Una locura. En este sentido la UNESCO ya ha advertido a Perú sobre lo caótico que resulta visitar Machu Picchu por la sobreventa de entradas.
Es cierto que el aeropuerto de Cuzco se ha quedado pequeño, rodeado por una ciudad en expansión. Pero el hecho de abrir un nuevo aeropuerto en Chinchero incrementaría de forma exponencial el número de turistas en el Valle Sagrado. Un lugar que ya está sufriendo una trasformación lenta pero irreversible. Asociaciones locales, antropólogos e historiadores han pedido formalmente la paralización de las obras. Además la alteración de la cultura local y del paisaje ya no tendría marcha atrás. Y las nuevas infraestructuras destruirían caminos y sistemas de irrigación usados durante siglos.
El Valle Sagrado dejaría de ser para siempre un lugar mágico. El lugar único que todavía es y que todavía podemos ver y sentir en pueblos como Chinchero.
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