Naturaleza salvaje en la Isla de la Plata.

Promocionada a mi parecer de forma excesiva como la «pequeña Galápagos» la Isla de La Plata se encuentra a poco más de una hora de navegación de la costa ecuatoriana continental. Es esta una isla agreste, de acantilados rocosos.

Un lugar seco, sin presencia humana y sin hermosas playas donde predomina la vegetación arbustiva y el calor resulta abrasador en verano.

Despegando en los acantilados

Entonces ¿qué justifica su visita? ¿por qué se organizan excursiones diarias desde la población pesquera de Puerto López? El motivo que atrae hasta aquí a visitantes de todo el mundo es poder observar de cerca algunas de las poblaciones de aves marinas más destacables de la costa ecuatoriana. Este es el paraíso de piqueros de patas azules o fragatas que tienen aquí uno de sus lugares favoritos de puesta y cría más importante del Ecuador. El otro está en las Islas Galápagos.

Fragata en Isla de la Plata

Pero ¿dónde está la Isla de La Plata? ¿y cómo se llega hasta aquí?

Cuando llegas a Puerto López en la costa de Ecuador lo más normal es que se te caiga el alma a los pies a pesar de su bonita ubicación en una bahía bañada por una amplia playa. Es uno de los pueblos con menos atractivo que he visitado últimamente con feas edificaciones, basura floreciendo en muchos rincones, calles polvorientas…

Y te preguntarás entonces qué he venido a hacer aquí.

En primer lugar Puerto López es el punto de partida para las excursiones por el Parque Nacional Machalilla del cual Isla de La Plata forma parte. También desde aquí salen los barcos que entre junio y octubre hacen la llamada Ruta de las Ballenas. Y es que mira por donde las ballenas jorobadas han elegido este lugar de la costa ecuatoriana para aparearse y tener sus crías. En el pueblo verás fotografías de ballenas saltando por encima de la superficie del agua en todas las agencias de turismo.

Se pueden contratar las excursiones a Isla de La plata con anticipación vía internet o por teléfono. De entre las diferentes agencias os recomiendo una, Aventuras La Plata, ya que son serios y responden a los mails. La excursión a Isla de La Plata cuesta 45$ en temporada baja y 50$ en la alta, e incluye:

  • Transporte ida y vuelta en lancha a la isla desde el muelle de Puerto López
  • Guías oficiales y guías ornitólogos, ya que sólo se puede recorrer la isla a pié y en visitas guiadas.
  • Refrigerio consistente en algún bocadillo y fruta. No os esperéis gran cosa.
  • Mascaras y tubos para hacer snorkel en las zonas de arrecifes con posibilidad  de ver tortugas marinas.

Las excursiones suelen salir a las 9:30 de la mañana y regresar a las 17 horas, aunque se puede alargar un poco más. En mi caso opté por dormir en el pueblo de Montañita y tomar un autobús temprano para llegar a las 8 de la mañana y disfrutar de la descarga del pescado en la playa. Cuando bajes del autobús dirígete directamente hacia la carretera, el Malecón, que bordea la playa. Allí están casi todas las agencias de turismo. Y cuidado con los «cazadores» de turistas despistados que intentarán llevarte a otras agencias cobrándote un poco más. Una vez que confirmes tu asistencia a la excursión en la agencia te podrás acercar tranquilamente a la playa para ver la sorprendente descarga del pescado.

Puerto López

Desde la agencia te acompañará un guía hasta el muelle donde deberás pagar un dólar y luego subirte a la correspondiente lancha. Desde el primer momento un guía naturalista oficial del Parque Nacional Machalilla acompaña al grupo hasta que se regresa por la tarde. El trayecto hasta desembarcar en una pequeña playa de Isla de La Plata lleva una hora más o menos.

Nada más desembarcar en la playa os dirigirán a un pequeño edificio donde los guías explicarán un poco de la historia de la isla, su importancia ornitológica y paisajística y luego las diferentes rutas a elegir.

Mapa y rutas de la Isla de la Plata

Realmente hay dos largas y dos cortas. Si quieres ver la mayoría de las aves presentes en la isla has de hacer alguna de las largas que pueden llevar unas 3 horas de caminata. Evidentemente tienes que estar en forma porque hay fuertes subidas, descensos, escaleras…y todo bajo un sol de justicia.

En la Isla de La Plata

Tras iniciar la marcha se llega a un mirador donde cada uno escoge qué ruta hacer. Allí se forman los grupos y cada grupo es acompañado por un guía. Evidentemente me apunté a una de las rutas más largas, la «Patas Rojas«, en la que es posible ver casi todas las aves presentes en la isla. Nada más comenzar aparecieron los primeros piqueros de patas azules con sus crías siempre cerca.

Piquero con su polluelo

Estos curiosos pájaros adquieren el característico color azul de sus patas palmeadas cuando alcanzan la madurez sexual. Los machos ejecutan un desgarbado baile para atraer a las hembras levantando sus patas alternativamente lo cual les ha valido el sobrenombre de «pájaros bobos».

Detalle de las patas azules de un piquero

Las hembras son más grandes que los machos pero ambos participan por igual en la cría de sus polluelos cubiertos por un suave plumón blanco. Las parejas se forman cada temporada de cría y suelen poner 2 huevos. En períodos de escasez de alimento sólo sobrevive el primer polluelo que nace. El segundo es abandonado. En la imagen inferior podéis apreciar la diferencia de tamaño entre los dos polluelos. El segundo acabará por morir.

Piquero con polluelo recién nacido

Sorprende ver que las aves ya maduras no tienen miedo a nuestra presencia, a diferencia de los polluelos o los ejemplares más jóvenes que tienen patas blancas. En nuestra ruta encontramos algún ejemplar anillado lo cual indicaba su procedencia: las islas Galápagos ubicadas a más de 1000 Km. de distancia. Y es que sólo se anillan allí.

Había numerosos ejemplares ocultos bajo los matorrales cuidando de sus huevos, caminando con sus polluelos tranquilamente en medio del camino o asomados a los acantilados rocosos atusando sus plumas. Y casi sin hacernos caso, lo que me permitió acercarme considerablemente para fotografiarlos.

Pareja de piqueros de patas azulesPiquero de patas azules 2

Un poco más adelante encontramos a otra variedad de piqueros, los de máscara, llamados así por la banda negra que cubre parte de su cabeza y que destaca sobre su plumaje blanco.

Piquero de máscara

También están en periodo de cría y permanecen casi inmóviles bajo la sombra de los arbustos mientras empollan sus huevos. Y parecen menos abundantes que sus congéneres de patas azules.

Piquero de máscara con su huevo

Tras un largo ascenso llegamos al otro lado de la isla donde predominaban las fragatas ya que aquí abundaban la vegetación donde hacen sus nidos aprovechando las ramas más despejadas. Y es que a las fragatas les cuesta elevar el vuelo. No pueden posarse sobre el agua ya que no son aves palmípedas y con la envergadura de sus alas no pueden elevarse directamente desde la superficie del mar. Los machos están provistos de una bolsa que inflan en época de celo adquiriendo una inconfundible tonalidad roja. Esta bolsa llega a romperse en ocasiones y no pueden volver a utilizarla hasta la temporada siguiente. En enero, mes de mi visita ya estaban en periodo avanzado de de cría y muchos polluelos envueltos en plumón estaban ya bastante creciditos.

Polluelo de fragata

En estas faldas arboladas de la isla suele haber también algunas parejas de los raros piqueros de patas rojas. Desafortunadamente no vimos ninguno. Mientras tanto el sol se iba convirtiendo en una auténtica pesadilla que achicharraba hasta a los lagartos que casi ni se movían al acercarnos. Y esto de aquí abajo es lo más parecido a una iguana que encontrareis por aquí.

Lagarto de Isla de La Plata

La parte alta de la isla es una extensión de arbustos y tierra reseca donde crecen altos cactus y la vista se pierde por un lado en la inmensidad del océano Pacífico, mientras que por el otro se alcanza a ver la costa del continente.

Cactus en la Isla de La Plata

Tras casi 3 horas de caminata, quemaduras solares y en un estado de casi deshidratación regresamos a la lancha para tomar un refrigerio. Al poco rato arrancamos hacia una zona de arrecifes no muy profunda donde pudimos tirarnos al agua con gafas y tubo mientras a nuestro lado aparecían unas grandes tortugas marinas. Era la primera vez que veía unas tortugas de este tamaño nadando libremente a mi lado.

Tortuga Marina en Isla de La Plata

¡Qué experiencia! Aunque el mar estaba un poco revuelto pude distinguir numerosos peces de aguas cálidas que nadaban tranquilamente entre las rocas. En ese momento, con las tortugas nadando al lado y rodeado de peces de colores, me maldije por no tener una cámara GoPro.

Tortuga Marina en Isla de La Plata 2

Peces en Isla de La Plata

El regreso a tierra firme tomó otra hora de viaje y desembarcamos a las 17 horas. Dediqué un poco de tiempo a recorrer las desvencijadas calles de Puerto López, pero era evidente que allí no había nada que me resultara mínimamente atractivo. Tras acercarme a las «perfumadas» riberas del riachuelo cubierto de basuras que desemboca en la playa me dije que ya era hora de regresar a Montañita. Bastó con levantar la mano en la carretera para parar el primer a bus que pasaba y subirme a un atestado vehículo lleno de extranjeros. Y es que todos salíamos corriendo de Puerto López hacia destinos más agradables.

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Os dejo con una serie de recomendaciones imprescindibles. Si no las cumples te aseguro que te acordarás de mí.

– En la isla no hay ni comida ni bebida. Lleva abundantes provisiones de agua porque la vas a necesitar sí o sí.

– Lleva un gorro o sombrero. El sol aquí en el Ecuador es implacable.

– Crema solar por lo menos de protección 50

– Calzado cómodo para caminar durante horas

– bañador y toalla para el baño en los arrecifes

– una cámara con carcasa submarina o una GoPro para grabar a las tortugas y los peces

– Finalmente, recuerda que un buen Seguro de Viajes te puede ahorrar preocupaciones y resolver muchos problemas. Así que ni lo dudes. Desde aquí te recomiendo MONDOel seguro de viaje inteligente para viajeros inteligentes.

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